La consideración histórica de Jerez como tierra predominantemente cantaora ha hecho que la guitarra local y sus intérpretes hayan quedado por norma relegados a un segundo plano.
Web revista La Flamenca. Julio de Vega. Jerez / Teatro Villamarta / 27/2/2015 Fotos: Javier Fergo / Festival de Jerez
Anoche en el coliseo jerezano se reunieron seis guitarristas de entre los más reputados en la ciudad del vino y en el panorama flamenco global para rendir tributo al genio algecireño de las seis cuerdas, Paco de Lucía, tristemente desaparecido hace ahora justo un año. Este espectáculo, más allá de su carácter laudatorio y panegirista, sirvió a su vez para reivindicar el lugar de honor que la sonanta jerezana justamente merece y poner de manifiesto el momento dulce del que este instrumento disfruta entre los intérpretes locales de la actualidad.
Los seis tocaores fueron desgranando tanto composiciones del maestro algecireño como suyas propias en un alarde de técnica, virtuosismo interpretativo y creatividad que en gran medida dejaban ver la herencia recibida. Principió la noche Manuel Valencia con la soleá que el algecireño dedicó a uno de sus primeros referentes, el Niño Ricardo, para posteriormente adentrarse en el terreno de las alegrías con una composición propia que destiló flamencura y un sentido extraordinario del compás.
La bulería “Río de miel” fue la pieza del repertorio del irrepetible Paco que eligió Santiago Lara para rendirle su personal homenaje. Tras ello, una granaína perteneciente al último trabajo de este joven guitarrista jerezano que atesora uno de los toques más pulcros y conmovedores del momento.
Por su parte, José Quevedo “El Bolita” acudió a “Percusión Flamenca” en recuerdo al algecireño. Tanto en la interpretación de esta pieza como en la de su propio tema “Casa Quevedo” se aplicó en la incesante búsqueda de sonoridades y juegos entre música y silencios que caracterizan su peculiar manera de acometer el instrumento.
Llegó entonces uno de los momentos álgidos de la velada. El mismo “Bolita”, Alfredo Lagos y Santiago Lara interpretaron una de las piezas más conocidas del maestro, Ziryab, que sirvieron aderezada con el baile vehemente e impetuoso del “Barullo”. El sevillano bailó también por seguiriyas y soleá por bulerías con los argumentos definitorios de sus estirpe bailaora, gustándose y empapándose de los registros canoros de Miguel Lavi y David Carpio.
Alfredo Lagos se apoderó después del escenario e hizo fluir la música de Paco al interpretar la taranta Tío Sabas, otra referencia a los modelos que inspiraron al de Algeciras. Con su creación por tanguillos “Piñata” puso el contrapunto rítmico y emotivo perfecto a la pieza del homenajeado.
Le tocó entonces el turno a Juan Diego, quien con dos composiciones propias –El musgo y Romance por Paco- inundó todo el teatro de la pulcritud sonora y sutileza que define a su guitarra.
El más veterano, Gerardo Núñez, desplegó a continuación toda la grandeza de su guitarra en dos de sus temas más sonados –“Canícula” y “Templo del Lucero”-, erigiéndose con ello en uno de los candidatos más firmes para ocupar el vacío dejado por Paco.
En el número final por bulerías se juntaron los seis tocaores y entremezclaron con exquisitez y gran sincronización falsetas de Paco con otras de puro sabor jerezano, atestiguando de esta manera la inmortalidad de su legado.
Ficha artística
Espectáculo: Un año sin Paco /Teatro Villamarta/ Jerez de la Frontera 26/2/2015
Guitarras: Manuel Valencia, Santiago Lara, José Quevedo “Bola”, Juan Diego, Alfredo Lagos y Geraldo Núñez
Cante: Miguel Lavi y David Carpio
Baile: Juan Fernández Montoya “El Barrullo”
Contrabajo: Antonio de Miguel
Percusión: Ángel Sánchez “Cepillo”
Palmas: Manuel Salado y Quini
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