El II Concurso Internacional de Cante Flamenco "Puerta Alcudia" deja de ser un concurso más en el panorama nacional para convertirse en un referente de primer orden en relación a este tipo de eventos. Sin ostentaciones ni patrones argumentales que lo hagan distinto, la categoría que ha conseguido en tan pocas ediciones hace que se consolide como una de las inevitables referencias de concursos de flamenco que se llevan a cabo fuera de las fronteras andaluzas. En tierras castellano-manchegas se desarrolló el pasado mes de Noviembre del 2008 el certamen. La peña flamenca "Fosforito" y sus incansables directivos fueron los encargados de que un año más todo saliera como se había previsto. Un concurso sin nombres de primer nivel, pero con cantaores que en pro del cante dieron lo mejor de sí para alzarse con el preciado trofeo. Para que la ecuación salga con el resultado pretendido, los elementos que la componían debían de ser de los buenos; y para ello formó parte del jurado José María Velázquez-Gaztelu, el cantaor José de la Tomasa, el periodista Alfredo Grimaldos y Félix Grande, y un recordatorio siempre presente en forma de telón de fondo a Diego del Gastor en el centenario de su nacimiento. Por otro lado reconocimiento a una cantaora emblemática por su labor y aportación al flamenco: Carmen Linares, que ofreció un recital basado en sus cantes y en el compacto que en forma de antología dedicó a la mujer cantaora acompañada a la guitarra por Salvador Gutiérrez. La Mejorana, Tía Marina Habichuela, Niña de los Peines, etc.
En la fase final del concurso optaron al premio Manuela Cordero, Joselete de Linares, El Rubio de Pruna, Churumbaque hijo, Nazaret Cala y Sara Salado. Cada uno de ellos interpretó dos cantes de su elección para completar su intervención que fueron necesarios para que el jurado lo tuviera claro. El sevillano Antonio Flores Cortés "Rubio de Pruna" fue el elegido para alzarse con el trofeo "Puerta Alcudia" 2008. El segundo premio, que lleva por nombre el del cantaor mas afamado de estos lares "Jacinto Almadén", fue a parar a manos de Joselete de Linares, y el tercero, que rinde homenaje a la "Peña Fosforito", organizadora del evento, para Manuela Cordero, mientras que Churumbaque hijo obtuvo el premio especial minero. Rubio de Pruna nos regaló granaínas, soleá, cartageneras y bulerías. Y se superó asimismo. Aunque en otras ocasiones lo hemos escuchado con más brío, hizo suficiente para destacar y llevarse el gato al agua. El apoyo musical lo llevó Antonio Moya de manera intachable. Hermanamiento en los cuatro cantes entre uno y otro, y comprensión al milímetro. Ya se sabe que estar cerca de Moya es jugar a ganar y así sucedió. De otro lado, también formó parte en el acompañamiento Antonio Carrión que hizo las mismas que su compañero: inyectar un gran nivel de arte y pureza en sus manos para recoger las alabanzas del público. Ellos también tuvieron sus momentos y si hubiera premio especial de guitarra, ya sabríamos dos de los ganadores.
Churumbaque hijo, se valió de la guitarra de Alberto Lucena que con un toque en exceso armonioso, no siempre comprendió al cantaor y jugó en demasía con los silencios, que despistaron en alguna ocasión a su compañero. Salado interpretó siguiriyas, alegrías, malagueñas y tarantas. Churumbaque, mineras, soleá, granaínas y bulerías con mucho gusto y que fueron cantes rivales directos a los del sevillano de Pruna que tuvo cerca a este y pudo obtener el preciado premio. La del Puerto de Santa María, Nazaret Cala, fue quizás la que se quedó más lejos con sus cantes de bulerías por soleá, tarantas, siguiriyas y fandangos. La sorpresa, a bien, de la noche la ofreció Joselete de Linares, el menos joven de los allí presentes que partió de cantes por taranta y levantica, para seguir con siguiriyas, finalizando con rondeñas y fandangos de Lucena y tangos. La roteña Manuela Cordero argumentó su oferta cantaora en fandangos abandolaos, mineras, siguiriyas y bulerías.
Todo esto se sucedió en la noche del viernes 28 de Noviembre. Y fue al día siguiente cuando se dio el fallo del jurado y se ofreció un acertado homenaje a la afición americana y a su labor por la difusión del Flamenco en este país. Recordemos que en la primera edición fue la afición japonesa la homenajeada. Y un detalle de todo esto fue el toque y cante por soleá que ofreció Richard Black, alias "El Quijote", americano afincado en las costas gaditanas, para más señas vive en un barco, fabricado por él mismo. Para este homenaje, el honor de recogerlo fue para Estela Zatania. El fín de fiesta también tuvo sabor a aquellas tierras en el baile de Lakshmi Basile "La Chimi" acompañada de su grupo, que puso un broche mas que de oro a estas bonitas jornadas que tendrán su continuación dentro de una par de años, dado el carácter bienal del mismo, con ese marchano que ya le ha hehco característico, cual es "motivar la búsqueda artística dentro de los cantaores/as, que cuidando y respetando el inmenso patrimonio de cante flamenco heredado, lo enriquezcan".
Texto y foto: Antonio Conde