
En 1994, baila junto a Ángel Corella, en el Teatro de Madrid, en un espectáculo a beneficio de UNICEF, y actúa en el programa "El Trampolín" de Tele 5. Ese año, se presenta al certamen de TV Bravo, bravísimo. La final se celebra en Cremona (Italia). Después de tres semanas de fases selectivas, ella es la única española que queda. Al final, se alza con el 2º premio en la categoría de baile clásico. En 1995, hace el papel de Rita Hayworth para una cadena de TV canadiense y en 1996 se vuelve a acercar a los platós cinematográficos en El domini dels sentits. En 1997, con solo 11 años, representa a España en la Feria Mundial del Turismo de San Petersburgo. En 1999 se instala en Madrid y sigue formándose. Se matricula en Conservatorio de Danza de Madrid y estudia flamenco, entre otros, con Paco Romero, La China, La Tati, Eva Yerbabuena, Javier Latorre, Cristóbal Reyes y Belén Maya.
En 2001, participa en las óperas Carmen y El trovador, montadas por Franco Zefirelli en la Arena de Verona. Ese año, forma parte también de la compañía La Corrala de Danza de Il Camborio y con ella recorre Italia. En 2002, termina sus estudios en el Conservatorio de Danza de Madrid, hace sus giras por el extranjero (Italia, Rumanía, Rusia, Portugal y Francia) e interviene en el largometraje Callas for ever de Franco Zefirelli. En 2003, llama la atención en El Corral de la Morería. En 2004, vuelve a dar otro aldabonazo de categoría. Se planta en Córdoba y se lleva el Premio "Mario Maya" en su Concurso Nacional.
Y, por fin, en 2005, ve cumplido su sueño de tener compañía propia. Con ella estrena el 28 de enero en el Teatro Metropol de Tarragona Atrapados por el arte, un espectáculo con música de Niño Manuela y letras, coreografía y dirección suyas. En marzo de ese mismo año, El Corral de la Pacheca le concedía el Premio al Artista Revelación. En 2006 participa en el filme ¿Por qué se frotan las patitas? de Álvaro Begines y el 17 de abril de 2007, estrena en el Nuevo Teatro Apolo de Madrid su segundo espectáculo, Cuando amanece, una obra en la que, acorde con las nuevas líneas por las que camina la danza jonda, dialogan el flamenco y el clásico español. Belén López hace un baile completo, limpio de pies y grácil de manos. Un baile temperamental y virtuoso que destaca por su técnica asombrosa y la vitalidad y apasionamiento que pone al ejecutarlo.
Texto: José Luis Navarro / Foto: Victor Gómez