Revista La Flamenca. Sevilla /Teatro Central/ 30/3/2011
El espectáculo terminó como empezó, Joaquín Grilo bamboleandose en una mecedora de enea bajo una luz de naranja atardecer que simulaba un ventanal enrejado.
El Fred Aster del Flamenco (con permiso de Carrete) cumplió las expectativas de un Teatro Central hasta la bandera, enmudecido en gran parte del espectáculo hasta los últimos quince minutos, que se empezaron a escuchar olés y hasta un !Viva la saga de los Grilos!
Y no le faltaba razón al improvisado jaleante, nada menos que dos hermanos de Joaquín copaban el elenco de artistas, Carlos Grilo a las palmas junto a Luis Cantarote, Carmen Grilo a la voz junto a un colosal Jose Valencia y para completar el cuadro , el bajo y mandolina de José Carmona, la sonanta de Juan Requena y la percusión de Paquito González.
Joaquín fue fiel a su estilo, con una contundencia en los cortes con el zapateado que aseveran la seguridad y confianza que atesora un bailaor colmaito de tablas. Su peculiar desgarbo de brazos y espalda que tan rápido gana como pierde adeptos y su inconmesurable sentido del compás con un autentico terremoto bajo la suela de sus pies, le confieren esa personalidad ganada a pulso.
No hizo falta rebuscar en palos en deshuso, las mas fieles bulerías, seguirilla, jaleos, tientos- tangos, cantiñas o fandangos y soleás unidos con la inconfundible e inquietante voz de José Valencia, que fue el triunfador de la noche para la mayoría del burgo y la voz quebrá, quejumbrosa de Carmen Grilo,que se gana sin lugar a dudas su sitio a pulso, son avales suficientes para que cualquier bailaor pueda sentirse respaldado y pueda dar rienda suelta a la improvisación que surge cuando el duende aprieta.
Las luces de seguimiento que en este caso huyen de la circunferencia tradicional para convertirse en rectangular , junto a un cuidado atrezzo dán el ambiente necesario para que el respetable no se distraiga en pequeños detalles. El momento en que Joaquín se enfunda su propia chaqueta caida desde el cielo sujetadas por unas gomas elásticas y la intención de hacerte creer que es una marioneta flácida pero llena de compás, no deja de ser una recreación de su propio estilo de baile, personal e inconfundible y que a veces se hace un poco cansino, otras veces cómico y otras un recurso impactante que acaba siempre con un remate tan preciso que da cuenta de la grandísima calidad técnica del Jerezano.
El triunfador de la noche según comentaba el respetable a la salida del teatro fue José Valencia, que atesora una riqueza musical que asegura y reafirma que seguimos teniendo cantaores de calidad para rato, José se ha acostumbrado (pobre del que no lo haga en los tiempos que corren) a jugar en ocasiones a ser actor además de cantaor, y le va cogiendo el gustillo. La potencia y algarabia de melismas, junto a su capacidad para ir y volver del compás unido a su potencia le hace ser al día de hoy uno de los mejores cantaores para el baile que todos se disputan. Si no fuera por lo que destaca José en el espectáculo otro gallo le cantaría a Carmen Grilo, que sorprende con un desgarro y altaneria propia de las grandes cantaoras. Mención especial para Paquito González que resuelve estupendamente los envites a los que les somete Joaquín, sin estridencias, sin afán de protagonismo, como los buenos. Preciosa la sorpresa de la mandolina de Jose Carmona, que "lo mismo vale P.D. un roto que P.D. un descosió" y el bajo, en su preciso momento, sin abusos. Gran trabajo de Juan Requeja que por no fallar ni una casi ni notas que está ahy, aunque mi amigo Rafael Rodríguez (que de esto entiende un rato) me comentó que estuvo inconmesurable, en su sitio, como tiene que ser.
Una gran ovación se dejó caer sobre el telón del Teatro Central , la sensación de haber visto un gran espectáculo al que se le nota que ya lleva algunas funciones a sus espaldas por tanto en cuanto que está todo atado y bien atado. Los Grilos saben lo que quieren y Joaquín manda con rigor y la vez con cariño.
Cuando se encendieron las luces muchas caras conocidas, artistas, críticos, políticos y enamorados del Flamenco, algún que otro profano preguntaba al que tenia al lado, y el de la perilla, el que cantaba, como se llama?