La noche del miércoles en la pedanía pachequera de Lo Ferro reunía a más de 1.500 personas para escuchar el flamenco de los cantaores Juan Antonio Ramírez, Miguel Flores "Capullo de Jerez" y José Domínguez "El Cabrero".
Se avecinaba una noche larga y mágica, y cuando la magia hace acto de presencia todo el tiempo que transcurra parece poco. Como antesala tuvo lugar la proyección del documental del flamenco en Lo Ferro y el pregón a cargo del que fue director del festival durante siete años Francisco Aparicio que enfocó su discurso al festival, ya que, como bien dijo: “mis conocimientos sobre flamenco provienen todos de aquí, de la experiencia de haber estado en Lo Ferro siete años”. Tras su emotivo pregón lleno de cariño hacia la gente de esta tierra murciana y de agradecer los apoyos recibidos para que este evento continúe siendo una seña de identidad en el mundo del arte flamenco, se le hacía entrega a Agustina Esteve, Teniente de Alcalde de la localidad de Torrevieja la medalla de oro del festival de mano del alcalde Daniel García y una placa conmemorativa del presidente de la Peña Flamenca Melón de Oro, Mariano Escudero.
El turno del cante llegaba con el ganador del Molino de Lo Ferro del año anterior, Juan Antonio Ramírez. Desde Mairena del Alcor trajo su voz llena de fuerza y sentencia, dominando los cantes libres, básicos y de compás, el sevillano ha dejado claro en las tablas ferreñas que su trayectoria está despegando y apunta al Melón de Lo Ferro.
Desde Jerez de la Frontera llegaba el icono del compás y la fiesta, Miguel Flores, más conocido como "Capullo de Jerez" llenó de guasa el recinto abarrotado de aficionados de todos los puntos de España. Miguel es un artista, no sólo un cantaor, y mete letras imposibles por tangos, bulerías y rumbas, como nadie sabe hacerlo, también bebe del cante grande aunque se le reconozca por su dominio del compás en palos festeros.
Y para rematar la noche, José Domínguez "El Cabrero" se dejó caer por fin por tierras murcianas donde conserva desde sus comienzos una gran cantidad de seguidores. Sus letras reivindicativas por fandangos identificaron a numerosos asistentes que lo jalearon y le demostraron el cariño que prodiga. "El Cabrero" es un icono del cante flamenco de protesta, su talento lo ha desarrollado entre la pradera y los pastos donde guarda y alimenta su ganado. Agradecido se despedía de su público en esta noche mágica, corta y sin duda inolvidable por el cartel acontecido para dar un pistoletazo de salida de altura, conocimiento y grandeza flamenca.