El sábado 14 de julio, en la Hacienda La Fuenlonguilla, de La Puebla de Cazalla se volvió a vivir una de esas noches flamencas de las de otro tiempo, con su ración de arte y goce, y su mijita de drama.
Egoa: La Puebla de Cazalla. Hacienda La Fuenlonguilla 14/7/2012
Fotos. Miguel Guerrero
La XLIV Reunión de Cante Jondo recibía a su público con sus galas de siempre, la solemnidad popular del clásico escenario de Moreno Galván y el rosario de aromas de la sierra morisca que paso a paso las gentes van agitando en el aire al compás del romero, el tomillo o la mejorana. Como detalle que incidía en la rememoración de otros tiempos y en el chaparrón que nos está cayendo, proliferación de neveras en el patio, que un año más volvió a llenarse.
El primer regalo de la noche fue el presentador, Manuel Moraga, periodista y crítico flamenco de RNE, que cumplió sobradamente con ese objetivo de ser preciso, incisivo y de cuidar el lenguaje, resultando un añadido y no una carga para el público. Gran acierto. La Reunión la abría este año la guitarra de Pepe Habichuela, por soleá, como es tradición en esta casa. Fue, sin duda, su mejor aportación de la noche. Grande Habichuela.
Le siguió Jesús Méndez, acompañado a la guitarra por Manuel Valencia, y el dúo jerezano se erigió en el triunfador de la noche en lo que a cante jondo se refiere, con permiso del Extremeño y su soleá a Manuela Carrasco. Fuerte apostó Jesús Méndez por su debut en la Reunión, arriesgando al empezar con un romance, pero está en un momento magnífico y le acompaña una guitarra que va a dar mucho que hablar.
De modo que público en pie, y en una plaza complicada. Juana la del Pipa salió a continuación, también acompañada por Manuel Valencia, y estuvo a la altura de lo que se esperaba de ella, el eco de esa voz antigua y rocosa, lamentablemente ya extinción. Fernanda, tan venerada en esta casa, resonó en los rumores de la soberbia soleá que hiló la cantaora de Jerez, y el público lo agradeció.
Cerró la primera parte de esta noche flamenca Esperanza Fernández, que con la guitarra de Salvador Gutiérrez, tuvo momentos espléndidos sonando a Triana, y otros menos finos, pero cumplió. Tras el descanso, regresó Pepe Habichuela, esta vez acompañado al cajón por el Bandolero, y volvió a regalarnos los oídos con un solo por alegrías y otro por bulerías. Cierto es que se esperaba acudiera a otros palos donde la guitarra ofreciera más colores y matices, como la granaina o la taranta, pero siempre es un lujo oír un toque así.
En el baile, volvía a la Reunión de Cante Jondo de La Puebla, Manuela Carrasco, que precisamente desde estos escenarios dio el salto al mundo del flamenco hace más de cuarenta años. Aquí fue su consagración cuando todavía era una niña y aquí regresó a devolvernos esa magia oriental que sólo ella tiene hoy en el baile. Cada movimiento de sus brazos, de sus dedos era un golpe en los cristales de la Belleza, y en el ritmo y el compás de sus piernas latía toda la fuerza de la Expresión; las dos grandes categorías estéticas se aúnan y estallan en el baile de Manuela Carrasco. Bien acompañada en el toque, y también en el cante, especialmente por Rubio de Pruna y El Extremeño. Este último es un clásico ya en La Puebla, pero se le recordará siempre por la soleá que cantó esta noche a Manuela.
El héroe de la afición local, José Menese, cerraba la Reunión, en esta ocasión acompañado por Pepe Habichuela, una apuesta arriesgada, que de salir hubiera corrido de boca en boca como momento épico e irrepetible. Pero no salió. Los dos genios no se encontraron. Cosas del fútbol. Y aquí se desató el drama que hizo de esta noche flamenca de La Puebla una de las de antes. El público no se recompuso ante aquel varapalo, y pasó absorto por la ronda de tonás, preguntándose qué había pasado. El fin de fiesta los devolvió al patio de La Fuenlonguilla, con una maravillosa aparición de Bobote, y unas últimas pataítas de Manuela Carrasco, con Esperanza Fernández y Juana la del Pipa, que sellaban la noche con una bella estampa. Todos nos marchamos con una extraña sensación por el final de la noche, satisfechos por lo mucho bueno visto y oído, y, también hay que confesarlo, insatisfechos por lo que podía haber pasado. Eso sí, todos contentos también por estar a las 4:30 ya fuera, lejos de los amaneceres flamencos de otro tiempo donde los Mairenas, las Fernandas, los Chocolates… justificaban las noches sin medida.
Era el cierre de una semana de actividades flamencas en La Puebla de Cazalla que ya la quisieran para sí muchas capitales. Un ejemplo de austeridad y buen hacer. Y es que los Actos Previos de XLIV Reunión de Cante Jondo empezaron el viernes 6, con la inauguración de la exposición “Mario Maya: alas de libertad”, que se estrenaba en el Museo de Arte Contemporáneo José Mª Moreno Galván, gracias a la generosa aportación de la Fundación Mario Maya, que eligió La Puebla en su semana flamenca para estrenar una exposición que recorrerá mucho festivales. El homenaje al bailaor granaino se cerró con la actuación en la Plaza del Ayuntamiento de Manuel de Paula y Paco Cortés, que habían sido compañeros de Mario Maya en diferentes espectáculos.
El sábado 7 comenzaba con la inauguración del VIII Curso Internacional de Flamenco, que cada año propicia que durante esta semana se confundan con los moriscos toda suerte de gentes de Alemania, Francia, Austria, Estados Unidos, Japón…, muchos de los cuales, por su fidelidad, son considerados ya con razón moriscos. La noche del sábado también se estrenó otro espectáculo, “La herida abierta (gritotrazos)”, dirigido por Patricio Hidalgo. La Bodega Antonio Fuentes acogió esta acción escénica postmoderna, que ponía en conjunción cante, toque, baile, poesía y pintura en vivo, con Juan Murube, José Luis Medina, Leonor Leal, Andrej Vujicic, Xabier Mailán, David Eloy Rodríguez y José Mª Gómez Valero. Un adentramiento en las galerías del cante y de la pintura, de los sonidos viejos, y un recorrido visual desbordante por el que muchos festivales deberían apostar, por lo que tiene de estudio, de experimentación y de renovación del flamenco. La gente salió maravillada.
Los días 8 y 9 de julio se dedicaron a la proyección de los documentales “Morente, el barbero de Picasso” y “Francisco Moreno Galván. La Fuente de lo Jondo”, en el caso del segundo, contando con la presencia de los directores, Fidel Meneses y Patricio Hidalgo.
Continuaron las actividades el martes 10, con una conferencia de Antonio Carmona Fernández sobre el Concurso de Cante Jondo de Granada de 1922, emparentado en motivos y nominación con la Reunión de La Puebla, y ya por la noche, en la Bodega Antonio Fuentes, con el espectáculo “A Lorca” de la Compañía Di Tempo.
El miércoles 11 fue el turno del V Concurso de Letras Flamencas Francisco Moreno Galván, que consistió en la presentación del libro de las letras ganadoras de año anterior, Letras Flamencas IV, y el falló de la presente edición. El marco era excepcional, el patio de una antigua ermita del pueblo, donde rezuma el aura de lo morisco, y aquí volvió el cante, de la mano de Miguel Lavi, acompañado por el magistral Antonio Higuero. Que el flamenco respira también desde sus márgenes es algo que han entendido muy bien en La Puebla, y así lo demuestra la experiencia que vivimos quien estuvimos.
El jueves 12 en el bellísimo patio del Pasaje La Molineta, donde vivió Francisco Moreno Galván y vive hoy su hermana Elisa. Se ensayaba una mesa de diálogo sobre Cultura popular y Flamenco, para la cual se había invitado a la poeta Isabel Escudero y al antropólogo Antonio Mandly. Era algo experimental, por el lugar, el calor, el público, el tema a tratar…, y sin embargo, fue un recorrido de conocimiento por esos márgenes por los que transita el flamenco y que no son sino su fondo, su vertiente Real, la que ha protagonizado el pueblo. Mascullando en nuestras cabezas todo lo que allí se había puesto en pie, fuimos a dar a la Plaza Vieja, que estaba a rebosar. Y allí, frente a la imponente parroquia morisca, el cantaor de Chiclana Antonio Reyes, acompañado por un inmejorable Diego Amaya, hicieron una exhibición flamenca de verdad, como supo reconocer en todo momento el exigente público de La Puebla, que cuando hay cante de verdad lo sabe, y a veces lo dice.
Ya el día 13, en la antesala de la Reunión, en la Plaza Nueva, junto al monumento a la Niña de La Puebla, actuaron David Lagos y Alfredo Lagos, que estuvieron a gran nivel, y otra vez ante numerosísimo público. Y con este detalle podríamos acabar, con la gran cantidad de público en todos los actos, y en la sabia decisión de la Organización de que, salvo el sábado, todos los espectáculos y actividades fuesen gratuitas, que es lo menos que se puede hacer en los tiempos que corren, que al menos la cultura no se la roben al pueblo.
El próximo 14 de julio, la localidad de la Puebla de Cazalla acoge una nueva edición de esta emblemática cita con el Arte Jondo.
Como no podía ser de otra forma, una pléyade de artistas se dará cita a las 11 de la noche en la Hacienda la Fuenlonguilla con nombres de la talla de Esperanza Fernández, Jesús Méndez, Juana la del Pipa al cante, sin olvidar al querido artista local José Menese. A la bajañí Pepe Habichuela, que está pasando por una segunda juventud mostrando su gran hacer con las cuerdas flamencas, Manuel Valencia y Salvador Gutiérrez. EL cartel, un año más tomado de la iconografía de ese gran agitador flamenco que fue Francisco Moreno Galván, lo completa el cuadro flamenco de otra insigne artista, la bailaora Manuela Carrasco. Todo ello presentado por nuestro compañero Manuel Moraga. Sin duda un gran acierto en la elección de los componentes de la velada, que se llevará a su grado extremo cuando llegue la mítica ronda de tonás con la que se clausura todos los años esta reunión
Pero este año la localidad morisca no se conforma con esta única velada, y ha programado una serie de actos previos que comenzarán la semana anterior donde se darán cita no solo recitales de cante, baile y toque, sino proyecciones cinematográficas, conferencias, mesas redondas y el fallo del V Concurso de Letras Flamencas Francisco Moreno Galván, o el VIII Curso Internacional de Flamenco, que se desgranan en el siguiente programa.