Lola Pantoja: Sevilla / Teatro de la Maestranza, 7/9/2012
Fotos: Manny Rocca
Si hay una bailaora que pueda preciarse de ser un valor seguro en cuanto a sus propuestas escénicas, es María Pagés. Anoche volvió a demostrarlo en el seno del Teatro Maestranza. No en vano es una de las bailaoras con mayor proyección internacional, lo que le ha valido tener la posibilidad de confrontar su creatividad y su baile con artistas e intelectuales de todas partes del mundo, como el arquitecto brasileño Oscar Nyemeyer, uno de los personajes más influyentes de la arquitectura moderna que cuenta, entre otros premios prestigiosos, con el Príncipe de Asturias de las Artes.
Este espectáculo nace de la admiración que siente María, no solo por su obra, sino por su compromiso social y su ejemplo de integridad y solidaridad. Pero ella es una bailaora flamenca, y en el flamenco la rebelión se conforma con el lamento, con la profunda queja que nos sitúa directamente en el terreno de las pulsiones inconscientes para, de alguna manera, trascender la realidad y conectar con nuestros deseos y emociones más recónditas. Así, este espectáculo pretende reflexionar sobre el deseo y la capacidad de los seres humanos para construir un futuro mejor o, lo que es lo mismo, sobre la utopía, a la que en ningún caso debemos renunciar.
La obra está concebida como un poemario bailado que se divide en ocho piezas en torno a poemas de autores universales, como Baudelaire, Antonio Machado, Neruda, Benedetti, Arbi El Harti o el propio Oscar Nyemeyer. Con ellos María elabora un recorrido emocional que parte de una reflexión sobre la desigualdad social y la fugacidad del tiempo, así como de las sombras y conflictos que todo ello nos provoca. Para ello, además de a la poesía, la bailaora recurre a una escenografía que, inspirada en la arquitectura de Nyemeyer y su predilección por las formas curvas, consta de unos sencillos tubos flexibles transparentes que cuelgan del techo delimitando formas redondas sinuosas que se funden con el cuerpo de la bailaora, con sus caderas vacilantes y su braceo picasiano.
La puesta en escena confronta la sobriedad del vestuario, en el que predomina el tono gris y el negro, con el movimiento ondulante de la escenografía y el tratamiento de la luz, diseñada con exquisitez por Pau Fullana para otorgar a la escena una aureola irreal y mágica. La coreografía, al igual que la música, es a la vez contundente, desafiante y conciliadora. Así, describe una atmósfera sobria, aunque rica en matices, tanto dancísticos como musicales y escénicos. Lástima que los poemas se perdieran en la voz de la cantaora y que, buscando liberarse, acabara haciendo la concesión de terminar con un palo festero que resulta un tanto efectista.
Ficha artística:
Obra: Utopía
Lugar: Sevilla / Teatro Maestranza, 7 de septiembre
Compañía, Idea, Coreografía y Dirección escénica: María Pagés
Coreografía farruca y asistente coreografía: José Barrios
Música: Raúl Lebaniegos, Isaac Muñoz, José “Fyty” Carrillo (guitarras) Fred Martins (voces, guitarra y cavaquinho) Sergio Menen (chelo) y Chema Uriarte (percusión)
Cante: Ana Ramón y Juan de Mairena
Baile: María Pagés, Isabel Rodríguez, María Vega, Aloma de Balma, José Barrios, José Antonio Jurado, Paco Berbel, Rubén Puertas