Lola Pantoja: Sevilla / Teatro Lope de Vega, 13/9/2012
Fotos: Manny Rocca
Desde que en el 2007 Marcos Flores ganara el premio global de baile del Concurso Nacional de Córdoba, este joven bailaor de Arcos de la Frontera no ha dejado de sorprender al público con su baile. Ayer volvió a hacerlo en el Teatro Lope de Vega, donde la Bienal nos ha brindado tantísimos momentos mágicos.
El espectáculo surge de un reconocimiento: la influencia que las artistas femeninas han ejercido sobre él, tanto en la faceta del cante como en la del baile. Y es que, desde que Marcos comenzara a bailar, siempre ha estado rodeado de mujeres que le han transmitido su legado artístico, de ahí que concibiera esta obra como una suerte de recital de baile en el que, menos él, todos sus integrantes, incluidas las guitarristas son mujeres. Lo curioso es que, a pesar de lo llamativo de las mujeres guitarristas, el sinfín de requiebros y estampas preñadas de flamencura de las tres bailaoras, y la espléndida figura de Fabiola Pérez, quien a al igual que su compañera, Mercedes Cortés, no duda en deformar su belleza en busca de una mayor hondura expresiva, lo cierto que por encima de las figuras femeninas destaca el plante y la masculinidad del bailaor. Y es que, tal y como está concebido el espectáculo, todo gira en torno a su figura y su baile que, aunque dentro de los márgenes del baile tradicional flamenco, tiene una indudable impronta contemporánea, tanto en la colación del cuerpo, como en el uso de las vueltas, los cierres y los guiños, que continuamente está lanzando al espectador con sus desplantes.
Resulta curioso que el recital comience con una pieza coral por marianas, interpretadas al alimón por las dos cantaoras a manera de un cante folclórico, lo que determina un baile en el que prima la composición mientras el movimiento de manos y brazos remiten al origen folclórico del flamenco. Al igual que los fandangos, coreografiados por Olga Pericet con impronta bolera.
Llama la atención la sucesión de palos elegidos, que va de la liviana a la serrana, de las cantiñas a las granaínas y de éstas a las malagueñas para dar paso a unas emotivas nanas, coreografiadas también por Olga Pericet e interpretadas por las bailaoras con donosura y dominio. Cabe destacar como el diseño de luces del final subraya el aire infantil y lúdico que Olga imprime a esta pieza.
Por otra parte, también es justo destacar que tanto el toque como el cante resaltan esa hermosa dualidad del flamenco que se define como una suerte de hermosa lucha de contrarios: trágico/alegre, desgarrado/virtuosista, tradicional/contemporáneo. Aunque donde podemos apreciar de una forma más clara estas cualidades es en el baile de Marcos, por alegrías primero, y por soleá al final. Aquí es donde el espectáculo consigue emocionar al espectador, que asiste con riguroso silencio a la explosión de gracia y solemnidad, al brillo de un ritmo vertiginoso marcado por un taconeo tan virtuoso como preciso. Y la emoción se desata hasta hacernos olvidar que al principio el espectáculo resulta un tanto monocorde y que la dirección escénica y la composición musical es un tanto austera.
Ficha artística:
Obra: De Flamencas
Lugar: Sevilla / Teatro Lope de Vega, 13 de septiembre
Dirección y coreografía: Marcos Flores
Coreografía Nana y Fandangos: Olga Pericet
Baile: Marco Flores, Guadalupe Torres, Lidón Patiño y Vanesa Vento
Baile y palmas: Ana Romero
Cante: Mercedes Cortés y Fabiola Pérez
Música original: Antonia Jiménez