(Flamenco en el Foro, 2007)
Analizar el último disco de Miguel Flores es fácil: de la bulería a los tangos modernos y vuelta a empezar. ¿En qué lugar quedan quienes ponen al Capullo la etiqueta de "El Cantaor de Jerez"?. ¿En simples catetos del cante?. Porque Jerez es la seguiriya y la soleá mano a mano. Es la fragua donde se desataron los sonidos negros que emanaban del martinete sin trampa ni cartón. Y la bulería: la guinda. Pero el Jerez de hoy, de solo soniquete y palmitas a compás moviendo el culito, ha ido acabando con el jamón cinco jotas de la tierra por selección natural -selección comercial habría que decir-, para entronizar en exclusividad a la bulería.
Por eso Capullo de Jerez no se lo piensa dos veces y nos presenta su Flor y Canela a base del elemento autóctono resultante de esta evasión de capital cultural, en clara alternancia con los tanguitos que tanto gustan a sus seguidores y que ha venido haciendo en los festivales de verano que le hemos escuchado. En el hipotético caso de tener que elegir entre todo el material escuchado, nos quedaríamos con la soleá por bulería, un oasis de en este producto destinado a potenciar ese fenómeno social sin consistencia en que ha convertido este cantaor, tan inteligente para colocarse donde está como artificialmente rebelde.