Si en jornadas anteriores se habían podido saborear en el Palacio de Villavicencio los caldos más jóvenes del cante jerezano, en la tarde del miércoles 10 de marzo el salón noble se inundó con los aromas cantaores de un VORS, Luís el Zambo. El santiaguero conectó con el público y emocionó a pesar de que su amplitud tonal no fue la de otras veces. Tiró de veteranía y logró imprimir el retrogusto del oloroso seco a su cante por siguiriyas. Sirvió copas de manzanilla fresca en su generosa ronda de fandangos. Algunos tragos de sus bulerías finales supieron a fino seco y punzante. Otros a los recuerdos almendrados del amontillado. La hábil sonanta de Fernando Moreno oxigenó el vino cantado de Luís derramando cual venencia sus aromas y matices sobre el cristal opaco de la sala sin amplificar. Una cata intensa, plena de sabores y sensaciones que nos hizo evocar la letra por bulerías de Miguel Poveda.
Texto: Julio de Vega