Web revista La Flamenca. Juan Jorquera. Madrid / Colegio Mayor San Juan Evangelista 162/2013 - Fotos: Celia de Coca

Entró, explosivo, con el ‘chatarrero sideral’, una guasa flamenco-rítmica de no parar de reír: una estación orbital inservible, unos buzos gitanos de Cádiz para desguazar el ‘Titanic’… grandes negocios para los chatarreros. Sobre el escenario del Colegio Mayor San Juan Evangelista, Diego Carrasco y su ‘Family Band’ actuaron con la naturalidad de quien ensaya en una barbacoa, todo sin dejar descuidado el aspecto profesional del tema.
Esa condición suya de encuadrar, sobre la generalidad, el detalle, de saberse reír de lo suyo y los suyos, la inmediatez e intuición del reportero, la improvisación… parece no tener límites: “vamo a tené cuidaíto, que ha caío un meteorito”. En fin, para partirse de la risa y reírse de la vida.
Cada varios minutos se sale de plano, deja a los suyos y vuelve, con un vinito, descansaíto… Naturaly contundente, buscando el momento y la chispa, huyendo de las rigideces incluso en la concepción los espectáculos.
Se trataba de presentar su último disco, ‘Hippytano’, y en ello se empleó mayormente, pero tampoco fue falto a sus referentes de siempre, ‘Alfileres de colores’, el homenaje a Camarón… Todo en clave de soniquete, rumba, tangos, o combinando esquemas ternarios y binarios sin salirse de la pieza. Y con destacado protagonismo de los “niños”, esa familia suya que reactualiza en juvenil el mensaje del propio Diego -fácil, cuando el mensaje de nuestro artista sobrepasa al tiempo en que es creado-, que suenan muy bien en directo y en la que son destacados actores la guitarra de Curro de Navajita y las percusiones carrascas.
Estuvieron también los homenajes a ‘Moraíto Chico’, desde el desconsuelo más profundo -Morao, qué solillo me has dejao”-; a Camarón, la fuente; la reivindicación taurina y del hipismo-gitanismo, en el que Carrasco milita desde sus años jóvenes.
Muy aplaudido en general, fue en ‘Hippytano’ y ‘Alfileres, de colores’ donde la cosa se desmandó más, el momento de la fiesta completa y cuando hizo partícipe al público de su contagiosa alegría flamenca, de vividor. Sacó a escena a Antonio Carmona –que antes ya había cantado con Diego el ‘Probe de mí’-, a Negri y a algún otro “histórico” que había ido acudido a escuchar al jerezano.
Fue el concierto la historia de un grande que vivía niñoen el “barrio más flamenco del mundo”, como declaró hace un tiempo a esta misma revista. Y que aún no sabe si le gusta más Tío Borrico, Manolito de María, Tía Anica la Piriñaca o Terremoto.
Ficha artística:
Cante: Diego Carrasco
Guitarra: Curro Navajita
Bajo: Ignacio Cintado
Percusiones: Ané Carrasco y Juan Grande
Voz y palmas: Maloko y Joselete
Invitados especiales: Antonio Carmona y el Negri
Flamenco en estado puro. Diego del Morao `Otro loco´
Web revista La Flamenca. Juan Jorquera. Madrid / Colegio Mayor San Juan Evangelista 14/2/2013 - Fotos: Celia de Coca
Un loco más viene poblando, hace un tiempo ya, el universo de las guitarras jondas. Diego del Morao, que anoche presentaba su único disco como solista, ‘Orate’, en el Colegio Mayor San Juan Evangelista de Madrid, conocido por el jonhnny, se instaló en este privado mundo de los locos guitarristas que pretenden domeñar un instrumento que tiraniza su existencia.
¿Solista él, Diego del Morao? No nos engañemos, que tampoco lo pretende. Es un tocaor honesto. Conoce muy bien qué clase de locura quiere que le prenda. No la angustia compositiva. No la soledad tirana ni la deprimente inseguridad. Siendo razón principal de su existencia el acompañamiento al cante, pareciera un extravío la edición de un disco introspectivo. Este ‘Orate’ es un trabajo editado a su nombre, sí; mas atiborrado de acompañantes, los que le han dado y siguen dando sentido a su chalaúra. Porque sin ellos no es él, ha decidido hacerse acompañar por todos y abatir así dos pájaros de una vez : el ‘Orate’ es Diego del Morao… acompañado a la guitarra por Paco de Lucía, a la voz por Cigala, Diego Carrasco y Niña Pastori. Puede que producir una obra discográfica redonda sea empresa al alcance, por ahora, de muy pocos guitarristas. Pero no lo es componer piezas enteras o falsetas en sí mismas redondas, las que Diego compone como antes nadie, las más sabrosas del universo del flamenco actual, junto con las de algún otro, como Dani de Morón, Niño Josele... Desde una radiante obsesión rítmica. Diríase un loco feliz, no amustiado.
Por supuesto. El recital lo compuso en torno al reloj flamenco, servido de una sólida percusión y con los brillantes aportes de Bernardo Parrilla y Yelsy Heredia. Perturbado del ritmo, del soniquete, Diego quiso, encima, extraviar nuestra razón con falsetas mollares a base de bordonazos, arreos de compases que nunca cierran, ruedas infinitas que componen la enajenación a la que la música ha servido en todo tiempo. Las piezas por bulerías que ofreció son de una exuberante lujuria que no se puede explicar. Nunca iguales entre sí, bulerías jerezanas de acompañamiento, bulería por soleá, bulerías por Pitingo, seguiriyas indistinguibles de bulerías, bulerías por Paco de Lucía, bulerías introducidas por rondeña… todo bajo un muestrario admirable de recursos técnicos, singularmente un pulgar vibrante, furioso y sentimental. El aire llega, curiosamente, por tangos, y le licúa el seso. Feliz loco.
Ficha artística
Guitarra: Diego del Morao
Segunda guitarra: Pepe del Morao
Violín: Bernardo Parrilla
Contrabajo: Yelsy Heredia
Segunda guitarra: Ané Carrasco
Percusión Juan Grande
Palmas y voz: Maloko
Voz: Lela Soto
Palmas: Cantarote
Artista invitado: Pitingo