Ole, Ole y Ole al Flamenco

Espectacular velada flamenca con un excelente derroche de arte, donde la ausencia de público provocaba entre los asistentes un sentimiento de privilegio por la oportunidad de estar allí disfrutando de tan exquisito y extraordinario espectáculo.
El público aleatoriamente se fue situando en las zonas mas próximas al escenario para disfrutar de la cercanía de esos grandes artistas y transmitirle ese calor humano como imprescindible estimulo y reconocimiento a tanto arte llegado de los mas o menos distantes puntos geográficos, con un único propósito, atender a la llamada por un bien común de ayuda a Japón.
Una noche de “ regusto flamenco” donde tras la salida de cada artista el público se quedaba con ganas de mas, pero como había que dar cabida a todos ninguno podía alargar su actuación, aunque se les percibía tan a gusto que me consta que a cada uno de ellos le supo a poco. Una velada flamenca en la que la percepción del tiempo solo se hizo patente a la salida, cuando al mirar el reloj comprobamos el sentir tan corto de esas cuatro horas, señal inequívoca de haber tenido el privilegio de vivir emocionalmente tan grandes momentos, son vivencias donde siempre sobran palabras porque van directamente a la memoria emocional de aquel que tiene la oportunidad de vivirlo.
Para terminar lanzo un efusivo ole, ole y ole al flamenco y a Japón.