Juana la del Pipa y el Capullo de Jerez ofrecieron una gran noche de flamenco
Web Revista La Flamenca. Luis M. Pérez. Sevilla (Hotel Triana) 18/9/2016 Fotos: Archivo fotográfico Bienal de Flamenco
El nombre del Hotel Triana lleva décadas asociado a la Bienal de Sevilla y es un lugar emblemático en el mundo del flamenco. Como tantas otras cosas difíciles de explicar, el hotel no es un hotel, sino un bellísimo patio de vecinos que se engalana cada dos años para convertirse en una de las sedes del festival.
Hasta aquí vinieron los flamencos de Jerez preguntando por los gitanitos de la Cava. Alma inocente, en la Cava no hay gitanos ni civiles, no queda cante en Triana, está Matilde sentada a la vera de Santa Ana, le han quitado al Faro los dobles de su guitarra.
Subieron los jerezanos al escenario y conjuraron al duende, que estaba por ver si vendría. Por falta de guitarras buenas no sería, porque ahí estaban Domingo de los Santos Rubichi y Pedro Carrasco Niño Jero para mimar, aguantar, relanzar. Genios dotados para el acompañamiento, y dueños de un aroma inconfundible a bordón jerezano, tuvieron su dosis de protagonismo anoche.
Y es que tiene mucho mérito acompañar a Antonio Agujetas, por su lamentable estado de salud, por ejemplo. Antonio vino a darlo todo, se le veía con muchas ganas de agradar. Su figura no deja indiferente a nadie y tiene detractores y defensores a ultranza. Desde los que encuentran deplorable su timbre de voz y su falta de facultades, hasta los que ven en su cante cavernario el último vestigio del cante fragüero de su padre Manuel. Anoche hubo para todos. Es cierto que emociona el verlo luchar con el cante en la línea divisoria entre la derrota y la muerte súbita, pero también es verdad que resulta difícil justificar ya su presencia en un evento como la Bienal de Flamenco.
La ronda inicial de martinetes sacudió rápidamente el relente de los hombros de la audiencia, y fue donde mejor estuvo Tomás de los Santos Rubichi, el más joven del elenco y depositario de los tesoros de sus abuelos Agujetas el Viejo y el mítico Mingo Rubichi; Tomás es sobrino carnal de Manuel Agujetas y primo hermano de su tocaor Domingo Rubichi, de Antonio Agujetas y de Dolores Agujetas, que es además su suegra. Tiene Tomás Rubichi todos los ingredientes para cantar, y lo hace muy bien. Pero anoche desaprovechó su oportunidad para triunfar en su primera Bienal, pues anduvo nervioso, errático y chillón. No importa, seguro que habrá más ocasiones.
Y llegaron los duendes, desde la calle Nueva, del barrio de Santiago. Juana Fernández de los Reyes, llamada Juana la del Pipa, como su madre, con esa mirada negra que barre el patio desde su impresionante cabeza de esfinge y te agarra y ya no quieres que te suelte. Juana es un espectáculo toda ella. Se acordó toda la velada de su progenitora “si mi maresita de mis entrañas alevantara la cabeza, y viera como yo vivo, se moriría de tristeza”. Abordó por tientos el romance de Juan de Osuna y nos regaló letras y letras antiguas de tangos ya olvidados en este arrabal trianero que ya no es arrabal. Bien en un par de fandangos caracoleros y sobresaliente, por supuesto, en las bulerías.
Y un duende llamó a otro, el de Miguel Flores “Capullo de Jerez”, un auténtico “community manager” del escenario. Supo Miguel llevarse al público de calle desde el primer instante en que se sentó junto al Niño Jero, otro dominador de la escena teatral. Pero es cuando se levanta cuando el Capullo se convierte en figura notable. Estuvo grande en los tangos, siempre de creación propia, como casi todo lo que canta. Y enorme por bulerías por soleá y por fiesta. No necesitó acudir a la política para entretener y asumió el protagonismo, junto a Juana la del Pipa, en el final de fiesta. Las caras de satisfacción del público a la salida hablaban por si mismas.
Ficha artística
Espectáculo: “Jerez, palo cortado” / La Bienal de Flamenco / Sevilla Hotel Triana 17/9/2016
Cante: Antonio Agujetas, Tomás Rubichi, Juana la del Pipa y Miguel Flores “Capullo de Jerez”
Toque: Domingo Rubichi y Periquín Niño Jero
Palmas: Jesús Flores, El Tequila, Jesús del Berza, el Bo.