El Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla ha dedicado una exposición de 8 meses al traje de flamenca, a través de la trayectoria de la diseñadora Lina.
Web revista La Flamenca 5/2/2014 Lara Arrobas Foto Portada: Alberto G. Puras
Exposición `LINA. VISTIENDO EL FLAMENCO´
El traje de flamenca es un elemento de interés de disciplinas tan diversas como la historia, el arte, la antropología, la economía, el turismo, etc. Tras la declaración del flamenco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO, y de la inclusión del traje flamenco en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, se ha producido una gran oportunidad para difundir y disfrutar de testimonios materiales propios de esta manifestación cultural.
La vinculación del atuendo flamenco con el fenómeno de la Moda tiene una gran dimensión histórica, ya que ha evolucionado de acuerdo con las circunstancias sociales, políticas y económicas de España, y particularmente de Andalucía.
Por todo ello, el Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla –MACPSE- organizó una exposición que manifiesto de manera visual, la evolución histórica del traje de flamenca. Y la firma elegida para encarnar las cualidades de los diseñadores artesanos fue la de Lina, cuya inventiva ha impulsado la evolución de la indumentaria flamenca en los últimos 50 años.
La exposición está compuesta por 31 trajes de la colección de Lina, algunos de ellos, cedidos para la exposición por sus dueñas como Mariló Montero, Laura Sánchez, Isabel Pantoja, Matilde Coral o Milagros Mengíbar. Se distribuyeron en ocho grandes vitrinas, complementados con otras piezas de la colección del MACPSE como sillas de las ferias o tambores de las romerías.
Entre ellos encontramos vestidos de feria y romería con estampados típicos de lunares y mantoncillos a juego, diseños con pasacintas, volantes de capa, encajes de bolillos, estampados florales… Trajes de una sola pieza, de cuerpo y falda, de mujer y de niña, de piconera. También se expusieron modelos de blusa y falda, con chaquetilla torera, prendas para espectáculos, modelos clásicos, trajes de mantón, un ejemplar de bata de cola para novia y otro de dama de honor con flores caladas. También pudimos ver la bata de cola perforada con volantes de capa realizada para la película “Yo soy esa” de Isabel Pantoja.
Las vestiduras están organizadas en tipos y usos significativos:
1. La producción del traje de flamenca: el taller.
2. El traje de Feria: 1960 – 1970 y 1980 – 1990.
3. El traje de romería.
4. El traje de espectáculo.
5. El traje de flamenca en otros contextos.
El proyecto ha contado con la asesoría científica del historiador Jesús Cuevas (personal del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico), impulsor de este proyecto, gran conocedor de la escuela bolera de baile y de la casa Lina, y también de la antropóloga Rosa Mª Martínez, autora de varias publicaciones dedicadas a la indumentaria flamenca. Como patrocinadores han participado la casa Lina, la Federación Española de Amigos del Museo y el Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Montilla-Moriles.
La exposición estuvo abierta al público desde el 8 de mayo de 2013 al 12 de enero de 2014, superando exitosamente los 38.000 visitantes. Un homenaje tanto al particular traje de flamenca como a la impecable trayectoria profesional de Lina. Toda una vida de trabajo representada en 31 inéditas piezas.
La colección de Lina en la pasarela SIMOF 2014
Recién finalizada la exitosa exposición, la firma Lina 1960 vuelve a la carga el 30 de enero, inaugurando la XX Edición de SIMOF con dos colecciones, en las que las hijas de Lina –Rocío y Mila- han trabajado intensamente:
- Lina Esencial: esta serie de 15 trajes fue creada en 2013 con el propósito de recuperar los clásicos vestidos de flamenca y sus tejidos más tradicionales. El sello de la firma.
- La Gata Rosa: refleja el lado más innovador. Para crear esta colección, Rocío Montero se infundó en la obra del pintor postimpresionista Hermenegildo Anglada Camarasa (1871-1959). La sensualidad y el color reafirman que “la moda flamenca es una forma de expresión artística”. Apunta las últimas tendencias, diseños elegantes pero más desenfadados.
Por último, en una línea más sofisticada, Lina 1960 ha presentado un repertorio de trajes de noche con matices flamencos.
El esfuerzo de la firma no podía pasar en balde. Durante la entrega de ‘Premios Flamenco en la Piel’, patrocinados por la Fundación Cruzcampo, Lina recibió el Premio a la Trayectoria Profesional, en este reciente SIMOF 2014. Su vocación como diseñadora de moda flamenca ya ha sido reconocida en numerosas ocasiones: en el año 2007 fue reconocida con el ‘Botón de Nácar’ por los sastres y modistos de Sevilla, ese mismo año fue nombrada ‘Hija adoptiva de Triana’. En 2010 volvió a ser premiada con la ‘Medalla de la Ciudad de Sevilla’, el ‘Premio de la revista Escaparate’ y el ‘Premio de la revista Surrealista’. Ya en 1990, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, clasificó en la categoría de nominaciones a ‘Mejor Vestuario’, los costumbristas trajes de flamenca de la película “Yo soy esa” de Isabel Pantoja.
La influencia de Lina en la historia del traje de flamenca
Más de 50 años de ejemplar carrera representan la elegante firma de la diseñadora sevillana, Marcelina Fernández. En el duro periodo de postguerra, Lina, como tantas otras mujeres, se dedicaba a la costura como modo de vida. En 1960, tras su matrimonio con Francisco Montero, fundan la firma, que se consolidará como un estilo clásico claramente señalado. El perfeccionamiento del corte y la confección de los diseños, la singularidad y la calidad de sus prendas, fueron marcando su distinción. Pinceladas de innovación con vestidos que no pierden sus linajes.
Con el aumento de la participación social en ferias y romerías, la demanda de productos de calidad aumenta, tanto por parte de los más pudientes como de los menos protagonistas hasta el momento. La alta costura de Lina alcanza un gran prestigio, comienza una labor de recuperación del clasicismo en telas y hechuras como los organdíes, las muselinas y los encajes, los complementos de coral y carey, los mantones… Grandes mujeres como la Reina Sofía, Grace Kelly, Matilde Coral, Isabel Pantoja, La Duquesa de Alba, Carmen Sevilla, Milagros Mengíbar, Trini España, Manuela Vargas, Juanita Reina, Rocío Jurado, Lola Flores... han lucido los modelos de Lina. Un sin fin de personalidades que han marcado la importancia de la firma en el sector de la moda flamenca.
Lina ha mantenido siempre la esencia más original del traje de flamenca, tratando de seguir las modas pero sin perder jamás sus credenciales. Adaptaciones de diseños para el cine, el espectáculo, las ferias y romerías, e incluso vestidos de novia. Perfeccionó la manga de flamenca de manera que no alterase el talle al levantarla, incorpora recursos muy artísticos sobre estampados de lunares en trajes de corte clásico e historicistas como el goyesco. Su sello de distinción también lo marca el exclusivo corte de pecho de sus vestidos, escotes que realzan la figura de la mujer con un patrón que marca un punto diferenciador de Lina con el resto de diseñadores de la sevillanía.
Actualmente, la firma está en pleno proceso de cambio generacional que da un aire fresco a los nuevos diseños, ligados fuertemente a lo artesanal. Sus hijas, Rocío y Mila Montero asumen la responsabilidad de continuar el trabajo que, con tanta ilusión comenzaron sus padres en 1960, tomando el relevo empresarial y creativo.
Un negocio familiar convertido en una gran labor empresarial para la industria de la confección. Una línea de diseños que enaltece la figura femenina, combinando sofisticados bocetos de trajes típicos con creatividad e imaginación. Todo un trabajo de más de medio siglo, marcado por la profesionalidad en la confección del traje de flamenca.
La influencia de la historia en el traje de flamenca
El traje de flamenca no es sólo un traje. Es cultura, es identidad, evidencia de tradición y evolución. Constituye el elemento más vistoso y característico del flamenco. Sus orígenes, parcialmente tempranos, se remontan a finales del siglo XVIII.
En lo simbólico, es una indumentaria que nació como refuerzo de lo español, pero sobre todo de lo andaluz, ante la invasión Napoleónica de 1808. Una muestra de fortaleza de nuestra cultura y un rechazo al afrancesamiento del pueblo español, que nace en Andalucía por su aislamiento topográfico. En lo estético, parte de los trajes de las majas madrileñas, ceñidos a la cintura y con un escote insinuante y generoso. Pero enseguida, el traje de flamenca irá adquiriendo sus rasgos innatos y representativos.
Tanto la clase baja como la Aristocracia de aquellos tiempos influyen de la misma manera en la creación. La vestimenta tradicional andaluza de batas engalanadas con volantes, que usaban las mujeres de las clases populares y las gitanas, pasan a ser un reclamo entre las señoritas de alto abolengo. El vestuario se enriquece, es el nacimiento de un traje regional andaluz que se convertirá en el identificativo de España por todo el mundo. Durante todo el siglo XIX, influenciado por los contextos históricos, se irá perfeccionando el diseño, ensalzando la figura femenina.
Un traje regional con la singularidad de que evoluciona con las nuevas tendencias. Lleva adornos y complementos como collares y pulseras de grandes cuentas, encajes, mantillas, pendientes de coral, volantes, mantones de manila, zapatos ceñidos con trabilla... Escote en pico, redondo o cuadrado según la moda, para realzar el pecho femenino, se ciñe en el talle para luego abrirse en la cadera. Un peinado recogido en moño con flores o peinetas, que deja a la vista esos rasgos tan marcados y esa belleza de la mujer andaluza.
Durante todo el siglo XIX, el traje de flamenca conserva una estructura básica, pero adaptándose a las modas. El arte genuino de los gitanos asentados en Andalucía afianzan el uso de este traje para el baile. Pero será a principios del siglo XX, con la aparición de los Cafés Cantantes, cuando se desarrolle el traje para espectáculos. Después con la consolidación de la Feria de Sevilla, y las romerías estos vestidos van adaptando sus diseños dependiendo de los escenarios. La industria se reinventa, tanto en la máquina de coser de la modista, como en las cadenas de las firmas que empiezan a dedicarse al diseño y la confección de esta prenda.
El diseño del traje de flamenca se consolida con una mezcla de los conceptos Romanticismo, gitanofilia y majeza. Reflejo de las circunstancias sociales y políticas que marcaron nuestra historia desde hace tres siglos.