Revista La Flamenca. Manuel Moraga. Córdoba (Alcázar de los Reyes Cristianos) 5/7/2005
De Buenos Manantiales
Estrella reaparecía y lo hizo junto a su padre. Era la primera vez que compartían escenario y, además, Córdoba fue testigo del debut de Morente cuando tenía dieciocho años. Todo parecía conjugado para que la noche resultara emocionante. Y lo fue. Durante casi tres horas pudimos disfrutar del sello Morente a cielo y corazón abiertos. El recital tuvo tres partes: Morente, Estrella con su espectáculo y la actuación final de ambos, con enorme generosidad en los bises. En el trasfondo, el homenaje al Concurso de Granada de 1922.
Abrió un Morente clásico, e incluso muy clásico, porque algunos estilos fueron impregnados de un aire antiguo. Como suele hacer últimamente comienza por bulerías corales a palo seco y después nos fue llevando por los terrenos de mirabrás, cabales, soleá y siguiriyas con una entrega hermosamente creciente. Unas palabras del maestro sirvieron para introducir el espectáculo "1922", homenaje a los intelectuales que se comprometieron con aquel mítico concurso de Granada: Falla, Lorca, Zuloaga, Gómez de la Serna, etc. La propuesta comenzó con una proyección de imágenes de la época, relativas al Concurso que terminaron con otras de la Guerra Civil. En off, la voz de Morente, y a continuación un cuadro flamenco de Granada representaba la tradición flamenca del Sacromonte. Fue el prólogo a la aparición de Estrella, que tiene la voz más madura, ha ganado en graves, la roza y casi la rompe, pero al mismo tiempo dibuja melodías absolutamente angelicales. A este valor hay que añadir la combinación de la complejidad musical propia de su padre con el arrebato gitano, herencia de la familia de su madre. Estrella tiene un estilo lleno de contrastes y matices.
Soleá, malagueña, granaína, tientos-tangos, sevillanas... Después de casi dos horas de actuación, Estrella invitó al maestro y juntos volvieron a emocionarse, incluso "más de lo debido", en palabras de Morente. Pero no lo podían evitar, sobre todo él. Ahí fue cuando el sello de la casa salió más a relucir, pues se centraron sobre todo en composiciones del maestro. Y se nota que Estrella goza cantando la herencia de su padre. A destacar una composición a compás de bulería que comienza con el cante de la caña y que rematan (siempre a dos voces) con un homenaje a Fernanda y Bernarda.
A pesar de lo extenso del recital (terminó sobre las 2:30 de la madrugada) y de los problemas con el sonido, la mayor parte del público se quedó saboreando hasta las últimas notas. Entre los rostros flamencos más conocidos, vimos a Vicente Amigo, el Pele, Arcángel, Joaquín Cortés y Paco Peña. Noche larga y grande en el alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba, junto al Guadalquivir. De buenos manantiales nacen los ríos.