
Trotamundos. Así son los franceses que intentan profundizar en el flamenco. Viajero. Así es el flamenco que cruza nuestros caminos en Francia. El aficionado español al flamenco que traspasa la frontera con los Pirineos para descubrir cual es el flamenco que nos nutre, a nosotros los franceses, siempre se sorprenderá de las "mezclas" que a veces podemos hacer. Cuando hablamos de flamenco en Francia siempre nos encontramos entre las profundas ganas de descubrir a los artistas españoles - y no siempre es fácil- y la voluntad de no olvidar a los artistas flamencos franceses -muchos por cierto de origen español. Entre las propuestas flamencas de este otoño en Francia, hemos elegido hablarles de las "Hivernales flamencas de Béziers", un festival poco conocido por los españoles, que se enmarca en este dilema galo de ofrecer al público lo más destacado del flamenco español, sin dejar a un lado el flamenco francés. Y resulta que la asociación Amapola, organizadora de dicho festival desde hace trece años, logra combinar estas dos formas de vivir el flamenco en Francia. Así es como, entre el 7 y el 17 de noviembre, la ciudad de Béziers (vecina del mar Mediterráneo, a unos cien kilómetros de la frontera con Cataluña) acogió a artistas españolas como Ángeles Gabaldón, con su «Taller flamenco» y Maria José Franco, con su espectáculo "De Grana y Oro", que embrujaron el teatro de Béziers. Los aficionados franceses también pudieron descubrir compañías francesas, como la Reja Flamenca, que presentó "Andaluzas andanzas", un espectáculo homenaje a la cuna del flamenco a través del poema "Canto a Andalucía" de Antonio Machado. "Me gusta ofrecer al público espectáculos de artistas jóvenes, de muy buena calidad, que serán las estrellas de mañana", explicó José Guillen, el director artístico del festival.
Pero estas dos opciones -flamenco español y flamenco francés- no son las dos únicas formas de vivir el flamenco en Francia. Últimamente surge también la voluntad de fusionar el flamenco con otras artes, a veces no sólo para el arte, sino también para entrar en el mundillo del flamenco a través de otras puertas. Algunos flamencos franceses intentan entonces diferenciarse a su manera. Es el caso de Eva Luna, de origen chilena y con una formación de bailarina de jazz. En diciembre, presentó en Paris su cuarto espectáculo "Mininha camina", un montaje donde se enfrentan el universo de la capoeira brasileña y del flamenco "contemporáneo". Es difícil decir si se trata realmente de flamenco o si es un baile que aprovecha palos flamencos. Lo que si es cierto es que la función no deja indiferente al espectador, incluso puede molestar. En cambio, la idea es interesante: enfrentar dos disciplinas que mezclan tecnicidad, sensualidad y ritmo determinado, para hablar del tema de la violencia de género es una intención loable. Aunque los aficionados se molestarán en ver el uso de la palabra flamenco para hablar de este espectáculo. Fusión si, entonces... pero los franceses tienen que tener cuidado con los viajes que inventan.
Texto y foto: Delphine Fabius