Pocas veces hemos podidos disfrutar de un recital de flamenco en un auditorio cual es el Parco de Roma. Una de las mejores salas sinfónicas del mundo, que recibió a un de los mejores músicos flamencos de la historia para celebrar el día de Andalucía en la capital trasalpina. Pese a su edad, Paco de Lucía se mantiene en una forma flamenca envidiable, y sigue siendo el rey indiscutible de la sonanta. Roma lo recibió con una gran ovación nada mas salir al escenario para interpretar su rondeña en solitario. Luego se unirían Piraña a la percusión, los cantaores David de la Jacoba y un rejuvenecido Duquende que junto al bailaor Farru, son la novedad de esta nueva edición de la gira de “Cositas Buenas”. Durante este año 2010 Paco está paseando su arte por la Europa del Este, para recalar posteriormente por el resto del Viejo Continente, no siendo hasta verano que llegue a España. Tras los aires amalgamados entre bulería y soleá, completarían la formación el bajista Alain Pérez, Antonio Serrano a la armónica y los teclados y no podía faltar el Niño Josele como segunda guitarra. Todos ellos de pie a la vera del maestro haciendo compás por alegrías. Entrados en materia y con el público que abarrotaba el aforo entregado, comenzaron los experimentos con el tango rumba. Falsetas sobre motivos de Manuel de Falla que se intercalaban con las atmósferas y planos sonoros que realizaba Antonio Serrano a los teclados, para que en un momento dado aparezca la quejumbrosa seguiriya “Dicen de mí” en la boca de Duquende, que no puede sino evocarnos al malogrado cantaor de la Isla, con el que tantos momentos compartió con Paco.
Paco sabe rodearse de muy buenos músicos, los cuales a lo largo de la noche tuvieron sus momentos de protagonismo en los solos que interpretaron en las sucesivas ruedas armónicas que se producían en los distintos números, pero si hemos de destacar a alguno en especial, sin duda ese fue el Piraña. Se batió el cobre con cada uno de los miembros de la formación saliendo siempre airoso, por no decir victoriosos de los mismos. El mano a mano con el Farru por Bulerías arrancó una sonrisa complaciente del maestro del Algeciras, siendo el mejor colofón a este número que había empezado con la “Canción de Amor”. Nuevamente el bailaor cobraría el protagonismo en el siguiente número por soleá ya que hacía mucho lustros que Paco no llevaba un bailaor en su troupe, y el Farru puso la esencia de baile racial gitano. Y entre tangos y Manuel de Falla llegaría al último tema, en seguida aplaudido por el respetable, pues se trataba del “Zyriab”. En el mismo Paco exhibe su poderío técnico, en especial en el picado, manteniendo un gran duelo con Niño Josele que nos evocaba épocas pasadas del algecireño. El auditorio puesto en pie obligó a los artistas a salir nuevamente al escenario, pues no podía terminar una noche tan especial sin “Entre dos aguas”.