Agosto, Cine Astoria Jerez
Aunque al cierre de esta edición aún falta por celebrarse el cuarto y último de los Viernes Flamencos de Jerez. Haremos balance de cuanto ha acontecido en esta muestra agosteña de la programación oficial del Ayuntamiento de esa ciudad, a través de su Instituto de Cultura. Como viene siendo habitual, estas citas ase celebran en el antiguo Cine Astoria, muy cerca de las instalaciones del CAF y congrega a mucho público extranjero deseoso de vivir la noche flamenca jerezana. Los carteles se suelen confeccionar siguiendo un esquema ya tradicional en la convocatoria, cuatro actuaciones que se reparten de la siguiente manera: un novel que abre plaza, un cantaor o cantaora de nivel medio, la pieza de baile y cierra el artista ya consagrado, por lo que se guarda un equilibrio interesante.
El primer viernes se celebró el 6 de agosto y para nada cubrió las expectativas de lo que debe ser una velada en una de las tierras cantaoras por excelencia. Son de esas noches en las que no sale casi nada, bien por falta de conjunción entre cante y guitarra como le sucedió a José Méndez con Ramón Trujillo; por un exceso de cabida en el caso del joven Juan Granados; por un número de baile algo insípido de Marisa Albaicín y para colmo, la figura invitada, Alonso Núñez "Rancapino" no estuvo ni doce minutos en el escenario, medio mudo.
Menos mal, que al siguiente viernes, el 13 de agosto, llego Elu de Jerez para poner las cosas en su sitio y salvar a su tierra de un mal trago. Con algo más de madurez y menos exageraciones, la cantaora de la Plazuela lo bordó por malagueñas de Chacón con remate abandolao, soleá, fandango y bulerías. Antes, la bailaora Leonor Leal había certificado con unos tarantos de Mercedes Ruiz que la noche no tuvo nada que ver con la anterior. Un correcto Joaquín "El Zambo" y una responsabilizada en exceso Kina Méndez fueron los otros condimentos. La guitarra de Antonio Higuero tuvo que ver bastante con el éxito de la noche.
Por último, la noche del pasado día 20 de agosto, y de nuevo con el aforo cubierto al completo se celebró el tercero de los viernes. Fue lo que se dice hoy tanto una velada "políticamente correcta", donde no hubo ni cosas excepcionales pero tampoco decepcionantes. Es decir, cada uno expuso lo que pudo con profesionalidad y oficio pero sin lograr transmitir en exceso. El papel del quien empieza lo cubrió Tamara de Tañé con demasiado cuplé en las bulerías. Fue secundada por Luis Moneo Lara, un excelente metal cantaor de la plazuela. El baile fue responsabilidad de Soraya Clavijo, que de esta manera volvía a la tierra que le viera nacer tras conseguir el premio Nacional de Baile "Carmen Amaya", su actuación, siempre en la linde de los más clásicos y con ciertos préstamos de la Carrasco se centró en soleá y bulerías. El siempre original Fernando de la Morena, llenó la noche de textura. Ese especial color moreno que tiene en su garganta, que unido a como "dice" el cante y su espectacular manejo del compás de su barrio de Santiago, hacen de él un valor más que seguro. Pedro Carrasco Niño Jero, sustituía a Diego Amaya.
El último de los viernes programados puede servir si Dios y él mismo quiere a la recuperación para el flamenco de quien fuera una primera figura del mismo, Joaquín Jiménez "Salmonete", doblemente laureado en el Concurso de Córdoba de principio de los noventa. Les contaremos.
Texto: José María Castaño