Baile: Mari Carmen Laguna - Cante: Pedro Romero, Rubito de Parada, Capullo de Jerez y Gema Jiménez. - Guitarras: Jesús Zarrías y Manuel Silveria. - Lugar y fecha: Auditorio Municipal, 15 de Agosto.
Noche llena de Duende
Noche con una temperatura espléndida, ideal para evocar a los duendes y la magia del flamenco. La Ciudad de la Peña se preparaba para escuchar al magnífico elenco de artistas que presentaba el cartel de su festival, este año en memoria de Manuel Cuevas.
El cantaor local, Pedro Romero, tuvo el honor de abrir la presente edición. Romero tenía un reto difícil: estar a la altura de sus excelentes compañeros de cartel. Pero el marteño, con esa voz laína, lo consiguió y estuvo a un gran nivel. Comenzó por soleá, para pasar a tientos- tangos, que animaron al público de Martos. Después de unos fandangos interpretados al estilo de Camarón, finalizó su actuación con unas bulerías.
Tras la buena impresión que dejó el cantaor local, era el turno de Rubito de Parada. El cantaor sevillano comenzó por malagueñas, acompañado por el toque magistral de Manuel Silveria. Posteriormente, se adentró en terreno gaditano por alegrías, para luego derrochar su gran torrente de voz en unos tientos- tangos que deleitaron al numeroso público. Con su voz fina y potente hizo unas bulerías ganándose por completo a la audiencia, que se puso de pie cuando acabó cantando un serial de fandangos a capella.
Buen sabor de boca en ambas intervenciones cantaoras. Tras estos, se dio paso al baile de la marteña Mari Carmen Laguna que entusiasmó a los asistentes con sus movimientos llenos de arte, gracia y compás al son de los tangos y aires levantinos.
Descanso. El público tenía que asimilar esta buena dosis de flamenco. El festival lo reanudó Capullo de Jerez y su cuadro flamenco con una soleá por bulerías. Con su voz rasgada y ese estilo tan personal interpretó unos fandangos para pasar posteriormente a unos tangos con unas letras muy ingeniosas a favor de la libertad y críticas contra la telebasura. Acabó su actuación por bulerías. El público, entregado y entusiasmado, quiso más y más.
Después de ese alarde de soniquete del cantaor jerezano, era el turno de la joven cantaora, de tan sólo diecinueve años, Gema Jiménez. Hacía sólo un par de días que había ganado el preciado galardón de la ‘Lámpara minera' en La Unión (Murcia). Comenzó con una Petenera, y luego derrochó el potencial de su voz en unos caracoles, ejecutados con una técnica depurada. Los asistentes quedaron impresionados con su cante, sobre todo, cuando hizo la granaína y media, el palo donde más a gusto se siente la cantaora. Acto seguido, pasó a una seguiriya, con cambio de Manuel Molina realizado de una forma magistral. La joven cantaora de Jódar acabó por fandangos, varios de ellas a capella, que entusiasmaron a la audiencia marteña.
El broche a esta noche enduendada lo puso Gema Jiménez por bulerías, acompañada al baile por Mari Carmen Laguna.
Texto:Antonio Alcántara Moral