Nuevo espectáculo de MANUEL DE PAULA inaugura la CARACOLÁ DE LEBRIJA
“An Cá Paula” es un homenaje al fenómeno de las “casas cantaoras” en el flamenco de Lebrija
El flamenco como proceso cotidiano está la base de esta propuesta entre natural y conceptual
Manuel de Paula regresa a la escena en el más amplio sentido de la palabra. No se trata solo de subir a un escenario para cantar, sino que retoma esa necesidad suya de dar forma a ideas. Ya la hizo anteriormente con “Chachipén”, “Majarí Calí” o “Nómadas del Camino”. Su nueva propuesta es “An Cá Paula”, que en realidad es un proyecto dormido del cantaor lebrijano, que ahora reactiva con nuevas perspectivas. La tesis de “An Cá Paula” es la reivindicación de la transmisión vivencial de la información flamenca.
En estos tiempos que todo pasa por un proceso de uniformización del arte y, en muchos casos, de exaltación distorsionante de la mediocridad mediática, Manuel de Paula defiende el valor de las casas cantaoras, esas en las que el flamenco ha sido algo tan natural como el comer o el dormir… Manuel de Paula pertenece a una de esas casas cantaoras de Lebrija que tanto gusto tienen por el arte y en las que el flamenco –sobre todo el cante- se ha vivido como un ritual.
Por su doble herencia -recogida de su padre, El Caneco, y de su madre, Ana Carrasco- Manuel de Paula está vinculado a nombres como Antonia Pozo, los Sordera de Jerez, Juan Mojama o los Malena de Lebrija. Incluso su matrimonio le emparenta con los Juanichi, entre quienes estaban –además del famoso Manijero- el tío Borrico, por poner solo un ejemplo. Un dato más: el tercer y cuarto apellidos de Manuel Valencia Carrasco son Peña y Vargas. Con eso está todo dicho.
En An Cá Paula, Manuel invita a diversos artistas a participar de la fiesta familiar. Entre todos se establece una jerarquía generacional que encabeza Miguel El Funi –testimonio viviente de la casa de los Pinini- al que siguen Juana Vargas (madre de José Valencia), Ana la del Caneco (hermana de Manuel de Paula), el propio Manuel o el guitarrista Paco Cortés. Siguen la generación de José Valencia, Manuela Ríos, Juan Diego Valencia o María Jero. El guitarrista José Luis Medina representa una nueva generación de jóvenes flamencos… Es la transmisión generacional del flamenco de modo directo, vivencial.
Manuel de Paula se plantea reproducir en el escenario aquellas fiestas en las que esa información privilegiada se exponía como forma natural de compartir la vida. Formalmente, este concepto del flamenco como proceso cotidiano se expone y se arropa con imágenes, sonidos y otros elementos que trabajan en la idea de rememorar aquellas reuniones en las casas de Lebrija. El espacio –la casa- y el tiempo –el recuerdo- cruzan sus ejes en un escenario cargado de verdad y de símbolos. Para ello, Manuel de Paula se apoya en las ideas de, entre otros, el pintor Patricio Hidalgo, afincado en La Puebla de Cazalla y vinculado al flamenco desde la cuna.
También José Luís Rodríguez Ojeda ha creado -expresamente para la ocasión- unos textos que recogen todo el espíritu del cante de Lebrija y de sus casas cantaoras, con menciones a los Peña, los Bacán, los Malena o Tío Juaniquí, por ejemplo.
“An Cá Paula” (que viene a ser algo así como “en casa de Manuel de Paula”) se estrena el 23 de Julio inaugurando escénicamente la edición número 45 de la Caracolá de Lebrija. El 8 de octubre, este moso espectáculo –pero con más medios técnicos- se lleva al Teatro Central de Sevilla, dentro de la programación de la Bienal de Arte Flamenco de Sevilla.