Roberto D´Armiento. Jerez de la frontera. Palacio Villavicencio 29/2/2012 19:00 H.
Foto: Javier Fergo
Rafael de Utrera es un cantaor que cuida las formas, y no solo cantando, lo primero que hizo fué agradecer la cercanía de una persona de la que los jovenes pueden aprender. Esa persona, sentada entre el público que abarrotaba el Palacio de Villavicenvio, era de Fernando de la Morena.
Rafael presentó un recital muy variado y se rodeó de muy buenos músicos para que el formato de recital de cante al uso tuviera un empaque más de concierto. José Quevedo “El Bolita” y Paquito González son dos artistas especialmente aptos para construir un halo sinfónico y poético al rededor de un cantaor; sutilidad, arreglos y compás.
Rafael calentó por Cantiñas del Pinini antes de utilizar su voz melosa y potente por malagueñas, rematadas por rondeñas y fandangos de Frasquito Yerbagüena. Por tientos y soleá apolá demostró manejar también los tonos bajos, lo que amplía su registro sonoro de por sí privilegiado. Nos brindó una versión intimista y en compás binario de la Leyenda del tiempo de Camarón de la Isla antes de meterse de lleno en la fragua: seguiriyas de Triana y macho de Cagancho de gran jondura. De pie, por respeto, dijo, cantó aquel Señorita de Enrique Montoya, uno de los cuatro puntales cantaores a los homenajeó en las bulerías finales precedidas por tarantas. Perrate, Fernanda, Curro de Utrera y Enrique Montoya tienen quien siga la huella indeleble y eterna del cante de Utrera.
Ficha artística.
Cante: Rafael de Utrera. Guitarra: José Quevedo “Bolita”. Percusión: Paquito González.