Web Revista La Flamenca. MCruz Recio 29/2/2012
El Flamenco de Diana Navarro
Diana Navarro nos regala su voz madura, con la mirada en las canciones de su infancia. De los fandangos y alegrías directos que escuchaba a su familia, a las voces en los casetes de Pepe Pinto o La Niña de la Puebla, entre otros. Esta malagueña en su lado flamenco, sigue a toda una saga de voces laínas. Continúa esta tradición con sus cantes característicos. Mantiene así una parte de la variedad de tipos y estilos de voces que de siempre abarca el acervo flamenco. Guardaba las perlas seleccionadas de sus cantes, como en un joyero de su infancia.
Nos ofreció esta grabación a finales del año 2011 desde el Teatro Quintero de Sevilla. Y lo tomamos, como un regalo, al año del flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Los estilos que canta quedan claros con su timbre de voz y sus melismas, cantes que recupera a la manera de la melodía de los antiguos. A cada uno le aporta un color personal diferente, un detalle que lo vuelve al presente del siglo XXI.
Abres el disco directamente con el mecerse de la guitarra flamenca de Juan Antonio Suárez. La guajira “En la Cabaña que Habito”, y terminas el tema con tu voz emocionando en crescendo ¿cómo surgió la idea? ¿El homenaje a La Niña de la Puebla tenía que ser el primero? ¿Quedaron más temas posibles en el tintero?
Nos parecía una manera muy bella de comenzar el recital porque la guajira me recuerda a los cuentos que nos contaban de pequeños y te invita a meterte en el sueño cantado que proponemos con Flamenco. La Niña de la Puebla es mi musa femenina del flamenco y aunque quedaron muchos cantes fuera no descartamos segundas partes en el futuro...
Siguen las alegrías “Deja Que te Mire”, y luego el contraste con la milonga Tinieblas que haces casi religiosa ¿Cómo va surgiendo ese trabajo de estudio de las voces y al tiempo de aportación personal?
Yo no puedo evitar ir creando mientras voy estudiando porque aunque aprendo de los grandes intento no imitarlos pero en flamenco, si he emulado el sonido de los giros para que recordará a lo que ellos hacían y homenajearlos desde el respeto.
En la caña “Ni contigo ni sin ti”, has comentado que es un homenaje a Enrique Morente, uno de los cantaores que más admiras. Nos legó un gran repertorio del flamenco tradicional y el arriesgarse a probar cosas nuevas. ¿Lo consideras un referente tuyo?
Si. Morente será el referente mío y de muchos por su valor y sabiduría a la hora de aportar al Flamenco.
También en “Sola”, como media granaína ¿le has añadido ciertos melismas al estilo morentiano?
La verdad que “Sola” está hecha muy a mi manera en “No te olvides de mi”, mi primer disco. Aunque en la versión que hacemos en Flamenco hay más de Marchena y Valderrama pero es inevitable no recordar a Morente siendo de Granada.
Los cantes “A la bella”, los fandangos “Hiciste sangre en mis labios”, el diálogo y desafío entre hombre y mujer. Comienza el diálogo de las voces diferentes entre Antonio Campos y tu voz ¿Eran necesarios darles ese espacio dialogado, una manera de cantar entre las familias, como reafirmación de unos cantes de honda tradición en muchos hogares andaluces?
La hondura que Antonio Campos aporta con su experiencia y su voz, yo nunca podría haberla aportado, y no quería que esa parte se perdiera en este disco porque es un homenaje al flamenco.
Para mí, era necesario que la gente que conozca el flamenco mediante este disco entienda que el Flamenco, no son solo voces Hondas. La voz Laína desempeñó un papel vital en el comienzo del flamenco. Campos es la voz Honda y yo la voz Laína.
¿Fueron las “Cuplerías” los cantes más arriesgados? Son las bulerías de la Niña de los Peines preferidas de muchos. ¿La vocalización rápida te sirve y gusta para jugar rítmicamente? Los temas son amplios, eres generosa en los tiempos y en emoción.
Para mí las Cuplerías han sido un disfrute tremendo por la vocalización rápida, por jugar con los tiempos, por escuchar a mis compañeros Cano y Campos y por poder cantar “La Loba”, sacar mi lado más salvaje y sentirme libre. Los temas son largos por ser un disco grabado en riguroso directo. Los directos son pura emoción y lo surge, surge.
La formación flamenca es tradicional, con Antonio Campos al cante y Juan Antonio Suárez "Cano" a la guitarra. ¿Al ser un grupo sencillo, voz y guitarra, permitió más la complicidad al compartir e intercambiar la música que parecen diálogos íntimos, como en la milonga por ejemplo?
Al ser sólo los tres ha sido más fácil porque queríamos lo mismo, homenajear al flamenco tal y como nació, con tan solo guitarra y voz. La complicidad se ve y se oye en este disco dvd.
Con los “Tangos del Antoñi”, introduces en el disco un estilo flamenco más bailable. Muchos seguidores tuyos no son aficionados al flamenco, pero escuchando tu disco ya se han aproximado. Con tu contribución aportas más público al flamenco. Aunque tienes proyectos de hacer zarzuela, ¿seguirás apostando por el flamenco?
Siempre. El flamenco es mi origen y siempre ha estado y estará presente en todos mis discos. Pero después del homenaje a la zarzuela sinfónica electrónica va a haber una vuelta a la fusión y un cambio muy importante. Necesito reinventarme constantemente.
“Sola”, ¿cómo nace la canción del álbum de 2005?
Una tarde estaba en el salón de mi casa, sola, y me salió el estribillo entero. Lo aporté a mi equipo de trabajo y entre Luis Gómez Escolar, Valdivia y mi descubridor y productor Manuel Illán la terminamos de parir.
Este tema tan apegado a tu público, lo modelas, lo transformas, con tu evolución lo reinventas contigo.
Así es. Sola evoluciona como evoluciono yo, porque somos lo mismo.
Nunca me canso de cantarla y siempre siento algo diferente cuando la canto.
Hay una espiritualidad que dejas a través de los Campanilleros, con la letra del Padre Nuestro y Amargura Dolorosa, ¿ves alguna simbología también en este trabajo que coincide con la edad de los 33?
Pues la verdad es que si. Al cumplir los 33 ha sido mi resurrección personal porque he empezado a descubrir el Eneagrama y comprender y a disfrutar las cosas verdaderamente importantes de la vida. También en lo laboral me han visto un resurgir, porque mucha más gente me está conociendo. Y aunque era un proyecto arriesgadísimo, las televisiones me han apoyado más que nunca.
¿Es símbolo de independencia y libertad en elegir lo que quieres para tus discos?
Yo he tenido mucha suerte y siempre he hecho lo que he deseado. Mi productor Manuel Illán no veía conveniente sacar “Flamenco” ahora, pero aún así siempre me ha apoyado. Nunca he hecho algo que no he sentido, porque se me notaría y mi público merece que siempre le dé lo mejor de mí y si no lo siento, no funciona.
Que tus discos terminan siempre con un canto a capella, ¿es tu manera de firmar y afirmar?
Es una manera de decirle a la gente que me sigue que hasta el último día de mi vida, aunque nadie me acompañe, yo siempre les seguiré cantando. Es un acto de amor y gratitud hacia mi público porque sin ellos no soy nada.
Con el flamenco estás abriendo tu voz a escenarios diferentes, desde cantar en pequeñas peñas, a los Festivales Flamencos, como en el que participaste en “Mujeres”, ¿qué es lo más recuerdas de esa gira?
Al participar como artista invitada en el espectáculo “Mujeres” me empezó la necesidad de hacer realidad ese deseo que siempre tuve de hacer flamenco. Allí conocí a Antonio Campos y Jesús Corbacho. Aprendí muchísimo de Mario Maya, Merche Esmeralda Rocío Molina y Belén Maya... Fue una experiencia que recordaré con mucho cariño. Lo disfrute mucho.
¿Qué te aportan esas experiencias? ¿Y en las peñas, qué diferencias sientes?
Todas las experiencias me aportan sabiduría y me encanta aprender. En la Peña La Platería sentí que aprobaba el examen de “Flamenco” con nota y me sentí muy feliz con una gente sencilla que me trataron con mucho cariño.
Gracias por tu tiempo para La Flamenca y mucha suerte para tus proyectos, que nos sigas emocionando.