Cuarta noche del Festival de Jerez y ¡qué rico es el Flamenco!
Revista La Flamenca. Jaime Trancoso. Jerez de La Frontera. 25/2/2020 Fotos: Javier Fergo para Festival de Jerez
Cuatro noches y cuatro espectáculos totalmente diferentes. Cada día hemos visto un flamenco muy diferente, lo que muestra la riqueza estética actual del flamenco.
En el estreno veíamos una propuesta de ballet flamenco con calado internacional de Rafaela Carrasco, en la segunda noche vimos una propuesta gaditana con mucho cante de El Pipa, la tercera otro estreno con un grandísimo espectáculo de El Farru con un sonido con mucha rever y en el cuarto episodio del Teatro Villamarta un espectáculo más conceptual y de vanguardia gracias al asesoramiento de Eva Yerbabuena y de Andrés Marín.
En la línea de Marín, el espectáculo arranca con una seguiriya muy cruda, conceptual y de vanguardia en el que su traje blanco de María hacía de panel de proyección, y en la que se experimentaba con el sonido mediante una castañuela con efectos y una iluminación que también buscaba ambientes no convencionales. Canta Pepe de Pura, mientras que el ritmo y el compás está asegurado con las palmas de Roberto Jaén.
A la seguiriya le sigue una pieza instrumental de Juncal del grupo de rock andaluz Alameda en el que aparecen mas elementos conceptuales como un par de banderillas y un capote, haciendo referencia a una cita familiar. La aparición de Enrique El Extremeño con la potencia de su garganta se agradeció, aunque no estuviera cómodo con la diadema, ante una soleá en la que Moreno comienza demasiado estática y que tras ir bebiendo de la energía que transmitía el Extremeño, bailó una soleá poco convencional, demasiado lenta. No fue hasta cuando hizo una carretilla en diagonal por todo el escenario cuando se ganó al público por primera vez en todo el espectáculo.
El gracejo guasón de Cádiz, lo anecdótico y nota cómica la puso el cante de Roberto Jaén, que bien debiera crear su propio espectáculo, mientras que María se puso la bata de cola para regalarnos unas estampas preciosas con mantón donde por fin vimos la luz gaditana. Sin embargo, la dramaturgia queda inconexa, aunque el espectáculo parte de lo conceptual, termina en lo tradicional en una rara mezcla en la que muchos efectos como tirar las sillas, la voz en off de Lole Montoya o subir las patas para que se vean los trípodes de los side-fills no tienen ningún sentido.
Quizás la obra debió ser presentada en una sala alternativa como la Sala Paúl o Compañía, se hubiera entendido mejor en ese contexto de obra experimental, ya que la pieza no tiene el peso necesario que requiere todo un Teatro Villamarta. No obstante, gracias a ese final con bata y mantón que nada tiene que ver con el comienzo hace que el público salga encantado con el baile de María Moreno.
Ficha artística y técnica
Baile: María Moreno
Guitarra: Óscar Lago
Cante: Enrique “El Extremeño”; Pepe de Pura
Percusión: Javier Teruel
Palmas: Roberto Jaén
Dirección artística: María Moreno
Coreografía: María Moreno
Dramaturgia y dirección escénica: Eva Yerbabuena
Guión y dirección musical: Andrés Marín
Asesor coreográfico: Andrés Marín – Eva Yerbabuena
Música: Óscar Lago
Diseño de iluminación: Antonio Valiente
Diseño de sonido: Ángel Olalla
Fotografía y realización audiovisuales: Susana Girón
Vestuario: López de Santos
Texto: Antonio Campos – Pepe de Pura
Producción: María Moreno - Saradezza Producciones - Agencia Andaluza de Instituciones Culturales/ Consejería de Cultura