Una isleña y dos jerezanos en la séptima jornada del Festival de Jerez.
Revista La Flamenca. Jaime Trancoso. Jerez de La Frontera. 28/2/2020 Fotos: Javier Fergo para Festival de Jerez
La séptima jornada del Festival presentó el estreno de Belén Maya y Juan Diego Mateos, el espectáculo “Sombras” de Sara Baras y un recital de David Carpio.
Sin lugar a duda, otro día con mucha variedad y riqueza.
Asistimos al estreno de “Ni tú ni yo” de Belén Maya y Juan Diego en la Sala Paúl. Le ha costado mucho a Belén Maya quitarse la piedra o el corsé de la tradición, pero desde hace unos años ha encontrado su propia línea estética.
En la última década, Belén Maya ha ido reduciendo su formato desde el ballet flamenco, por ejemplo, con aquel espectáculo de “Dibujos”, hasta el minimalismo. Estamos quizás ante una de las bailaoras que mejor se han adaptado a la autogestión y a las corrientes actuales de residencias artísticas. Más allá, Belén se atreve a romper roles. En “Ni tú ni yo” nadie sigue ni acompaña a nadie. Guitarrista y bailaora exponen dos discursos paralelos que a veces interactúan. Un flamenco íntimo y totalmente libre, a piacere, bajo la dirección de Fernando López.
De este minimalismo de Maya destacamos cómo al haber solo un guitarrista y una bailaora se cruzaban en las sevillanas como si fueran pareja de baile, pero la libertad vino en la manera en la que nos presentó su obra. Como si estuviera en el salón de su casa, lo mismo nos pelaba fruta y la repartía entre los asistentes, se cambiaba de ropa o se echaba una siestecita porque le apetecía. Lo único que le queda de hace una década es su buen gusto por la bata de cola.
Sara Baras, por el contrario, sigue dándose baños de multitud a la par que celebra los 20 años de su compañía. Da gusto ver colas para entrar en las puertas de un teatro. Tocada por una barita mágica desde hace dos décadas, Sara Baras sigue llevando a todo su ballet flamenco de gran formato, como si la crisis económica no hubiera pasado por ella. Estéticamente es como si no hubiera pasado el tiempo, sigue siendo un clásico: tanto sus pies como su vestuario, eso sí, con una iluminación muy cuidada. Además, siempre han sabido rodearse y estar atentos los talentos emergentes, tanto en el cuerpo de baile como en el apartado musical. De esta manera, en este espectáculo destacan tanto Israel Fernández al cante como Diego Villegas al viento.
Hablando de Israel Fernández, uno de sus guitarristas, Diego del Morao era el guitarrista invitado en el recital de David Carpio. Da alegría narrar que el recital del jerezano David Carpio fue un lleno absoluto. Ayudaba el hecho de cantar en casa y también contar con el baile de Manuel Liñán. El Festival de Jerez se preparaba así para su fin de semana grande y para su última semana.
David Carpio quiso mostrarnos su cante tal y como es. Por ello, muy valiente, comenzó por martinete totalmente solo sobre el escenario. Tras formarse en las fiestas familiares y desarrollarse en la compañía de Carmen Mota, David Carpio volvió a Jerez para convertirse en profeta en su tierra.
El recital de Carpio fue alternado los solos acompañado de guitarra con otros cantes con tres palmeros y percusión. Así, escuchamos palos como malagueña, con sus propias letras, acompañado de otro jerezano, Manuel Valencia (Giraldillo Revelación), con el que lleva trabajando juntos mas de cinco años. En las alegrías, suben tres palmeros, incluido el mejor de la ciudad, Chicharito. Taranto y Jaberas, con la percusión de Carlos Merino.
Por tangos, se sube a las tablas Diego del Morao, se le unen los palmeros y la fiesta se viene arriba. También le escuchamos por seguiriya, bulerías y bulerías por soleá o bulerías pa escuchar que se dice en Jerez con palmeros y percusión. David Carpio, al cantar en casa, dedicó su recital a su familia y a todos los presentes. ¡Enhorabuena a los artistas y al Festival por este día de llenos absolutos!