El arte y la improvisación, junto al carisma de Enrique Montoya, salvaron los muebles de un espectáculo con poca enjundia.
Web Revista La Flamenca. Luis M. Pérez. Sevilla (Espacio Santa Clara) 13/9/2016 Foto: Archivo fotográfico Bienal de Flamenco
Prometía más de lo que dio el espectacular claustro del convento de Santa Clara, con su jardín disfrazado de efímero tablao entre naranjos, palmeras, mesitas bajas y medias botellas de manzanilla. La figura de Antonio Peña Otero El Cuchara se erguía firme sobre las tablas, su pañuelo de lunares, su sombrero, su bastón de patriarca. Brotaba su voz aún potente y cavernosa, pero su martinete tuvo el resuello justo que corresponde a sus ochenta y seis años. Ni más ni menos.
A partir de aquí se desarrolló un espectáculo, anodino y carente de ritmo que solo remontaría en la segunda mitad. Las bulerías interpretadas fuera de escena, desde una esquina del claustro adonde no llegaba la mirada de la mayoría del público; una tanda corta de soleares bien arropadas por el originalísimo toque de Pitín de Utrera, en las que el maestro José de la Buena no alcanzó el nivel al que nos tiene acostumbrados (luego se desquitó con los fandangos y bulerías del fin de fiesta, en los que él y Joselito Chico brillaron a gran altura).
Ana Peña no tiene que demostrar nada a estas alturas. Es una magnífica cantaora por fiesta, y anoche cantó por bulerías que quita el sentido, aunque no estuvo afortunada en las cantiñas del Pinini, una de sus especialidades.
Y de repente algo cambió. La sugerente voz en off de Enrique Montoya se apoderó del aire fresco de la noche, y su elegante figura, que había permanecido sentada entre el respetable, se plantó en el escenario. Recitaba, cantaba y, guitarra en mano, volvía a recitar, hasta arrancar a la sufrida audiencia de sus asientos para estallar en una gran ovación.
A partir de ahí fue otro espectáculo. Salió Luis el Marquesito a anunciarla: “Señoras y señores, tiene ochenta y ocho años, y no puede subir al escenario. Con ustedes, Josefita del Vereo, un aplauso”.
Y cantó aquello de:
Por ti yo sería capaz de matar
por ti contaría la arena del mar….
Y luego que si mi nombre lo tapa, letra de mala intención, me llaman todos la guapa… Se había arreglado la noche. Porque vino un fin de fiesta vibrante, acorde con lo que uno desea de un recital de puro sabor a Utrera. Todos gozamos con las evoluciones de Manuel Requelo, Gaspar del Perrate ¡Grande!, del propio patriarca El Cuchara. Mención especial para Mari del Vereo, quien, también desde el jardín levantó los brazos primorosamente, y la cantaora Mercedes del Pajarilla, que cosechó docenas de oles sinceros con aquello de: El Gran Poder está enfadao, no escucha las trompetas de los Armaos, mira qué pena, mira qué pena, que esta noche no sale La Macarena.
Ficha artística
Espectáculo: Yo vengo de Utrera / La Bienal de Sevilla/ Sevilla. Espacio Santa Clara. 12/9/2016
Cante: El Cuchara, Chacho Diego, Joselito Chico, José de la Buena, Ana Peña, Enrique Montoya, Manuel Requelo, Gaspar del Perrate, Mercedes del Pajarilla y Josefita del Vereo.
Baile: Mari del Vereo
Guitarras: Pitín de Utrera y Pitín Hijo
Palmas y coros: Luis Núñez el Marquesito, Jesús de la Buena y Gaspar de la Teresa
Dirección artística: José Suárez