
Sevilla. Teatro Quintero 17/6/2011
Miguel Ángel Barea
El cantaor flamenco onubense Arcángel presentó los pasados 16 y 17 de junio su nuevo espectáculo 'Olor a Tierra', cuyo nombre hace referencia al “olor de la tierra mojada tan característico de Andalucia, y que tanto le recuerda a su infancia”. En su trabajo, el cantaor nos quiso transmitir una mezcla perfecta y armoniosa entre vanguardia y tradición flamenca, mostrándose simultáneamente transgresor y respetuoso por las raíces del flamenco más tradicional.
Arcángel se arropó sabiamente de excepcionales artistas como Miguel Angel Cortes y Daniel Méndez a la guitarra y Agustín Diassera a la percusión. El espectáculo, de algo más de hora y media de duración, aunque sin descanso para el público, se dividió en dos partes seccionadas por un dúo de guitarras.
En la primera parte, el cantaor nos interpreta unas bulerías que nos comienzan a impregnar de su particular estilo renovador. Acto seguido, su magistral interpretación de la caña nos deja impresionados y nos hace revivir su voz prodigiosa. A continuación, una linda introducción de guitarras por bulerías daría lugar a su interpretación de cantes abandolaos, en las que juega de forma original con diluir el compás. Por último, su cante por seguiriyas nos estremece, siendo notable la renovadora y personalísima guitarra de acompañamiento de Daniel Méndez.
El dúo de guitarras de Miguel Ángel Cortés y David Méndez será especialmente emotivo y nos deja un sabor muy agradable. Miguel Ángel, en disposición de toque de tarantas, y Daniel, de malagueñas, aunque ambos en la misma tonalidad, se responderán alternativamente a sus respectivos solos, en principio libres de compás, para acabar los dos juntos con ritmo ternario sobre una progresión de acordes que sigue la cadencia andaluza.
En la segunda parte, tras el dúo de guitarras, Arcángel comienza por soleá con el acompañamiento justo y con maestría de Miguel Ángel. Seguirán unos preciosos tangos en los que el cantaor nos muestra su elevado gusto, su estilo elegante y su voz prodigiosa, mostrándose una gran compenetración entre las dos guitarras. A continuación, un bonito recorrido por diferentes estilos de cantiñas, que termina con un “tirititran” perdiéndose en el tiempo, nos arranca la sonrisa y el vigoroso aplauso del público. Pero el cantaor, como buen onubense, no puede marcharse sin hacer un montaje por fandangos de Huelva, culminando con la típica letra de fandangos de Alosno, despertando las emociones y aplausos de los espectadores.
Sin embargo, para nuestra sorpresa, el espectáculo aún no termina y Arcángel se queda sólo en el escenario para cantar haciendo uso de un dispositivo electrónico con memoria. Partiendo de una base electrónica inicial con la clave rítmica de las seguiriyas, el cantaor va introduciendo poco a poco jaleos, cantes, coplas que electrónicamente se van repitiendo a modo de eco, para finalmente levantarse y abandonar el escenario mientras que la máquina suena sin su colaboración. Quizás una muestra de su polaridad transgresora, de su inquietud por buscar nuevos caminos para desarrollar su arte.