“Deliranza”, el baile sin límite de Patricia Guerrero. Rafael Ramírez con “Entorno”.
Revista La Flamenca. Jaime Trancoso. 10/3/2023
El bailaor malagueño Rafael Ramírez, Premio el Desplante Masculino del Concurso Internacional del Cante de las Minas de la Unión en 2021, sorprendió gratamente en el Festival de Jerez con su primer montaje en solitario. Tras su largo recorrido artístico en diferentes compañías, como la de Antonio Andrade, Rafaela Carrasco, María Pagés o David Coria.
Dar el salto de bailaor de compañía a solista no ha debido ser fácil. El proceso investigación ha debido ser largo y arduo. Su espectáculo “Entorno”, estrenado el año pasado en el Teatro Cervantes de Málaga, experimenta precisamente con su madurez artística, en buscar de un lenguaje propio con pinceladas contemporáneas a través de su cuerpo.
En este sendero, con mucha niebla veíamos solo con las luces de las calles un braceo muy interesante y novedoso en su baile por petenera con la percusión de Daniel Suárez con panderos y baquetas que sonaban como timbales, al que se unió el metal de Miguel Ortega, al que hasta ahora no habíamos escuchado en esta edición del certamen (se agradece mucho un poco de variedad). En el original cierre del tema, el bailaor huye de lo correcto, de lo impuesto, del molde para sentirse más cómodo corriendo hacia el público para terminar el número.
En el programa también escuchamos granaína y taranto, donde destacó Juan Campallo como siempre con su sobresaliente musicalidad, unos pregones muy bien dramatizados con Jesús Corbacho vendiendo caramelos y con unas panaderas donde volvíamos a escuchar los panderos de Daniel Suárez con baquetas. Para finalizar con una caña, ahora con todo el elenco en el escenario, un tanto más tradicional y festivo gracias al cajón y Rafa Ramírez con sombrero, y es que el vestuario también fue de lo más sugestivo durante todo el espectáculo.
En definitiva, un espectáculo que debería moverse más por la calidad de la propuesta y de sus mimbres. El foco en boca alumbrando tan solo una bovina de linóleo blanco en una de las alas del escenario también dio mucho juego, casi como una escenografía gracias a la magia de Gloria Montesinos. ¡Ole los que bailan bien!
“Deliranza” ha sido el último gran reto de Patricia Guerrero, Premio Nacional de Danza 2021 en la categoría de intérprete. Se trata de una coproducción internacional más que interesante entre el Festival Arte Flamenco Mont-De-Marsan, La Bienal y el Festival Internacional de Música y Danza de Granada, que se podría resumir en un año y medio de montaje y ensayos con un cuerpo de baile de 4 bailaores (Eduardo Leal, Hugo Sánchez, Ángel Fariña y Fernando Jiménez) así como 3 bailaoras (Maise Márquez, Gloria del Rosario y Ana Pérez), más la composición musical conjunta de Dani de Morón, Óscar Rifbjerg, Agustín Diassera, Sergio El Colorao y Amparo Lagares.
La pieza, que cuenta con la dirección escénica de Juan Dolores Caballero "El Chino" y Patricia Guerrero, está inspirada en el universo creativo de Alicia en el país de las maravillas, por ello su vestido amarillo, así como toda la libertad para el surrealismo, el ritmo y la belleza. Sin embargo, cuando Patricia pone a su cuerpo de bailar todo un tema a la pata coja, parece más bien el baile San Vito. A pesar de que cada miembro de su elenco estaría capacitado para ser bailaor solista, a veces nos da la impresión de que quieren hacer tanto que desde fuera a veces podría resultar atropellado.
En el programa más de una docena de piezas en las que Patricia llega a ser muy generosa con su cuerpo de baile. Cuando sube el telón, Patricia ya está ensayando, dándose indicaciones a sí misma. Acto seguido, en la entrada infinita por granaína y soleares está muy presente el surrealismo. El mencionado cuerpo de baile va presentándose y fundiéndose en una enérgica danza, mientras que los músicos nos sorprenden al aparecer en alto, sobre unas tarimas o estructura a tres metros de altura, casi flotando. En el espejo, Maise Márquez le hace de sombra duplicando todos sus movimientos. A continuación, en El jardín de las castañuelas (y de las pamelas), en La sorda bulería escuchamos a Sergio Gómez El Colorao con los efectos del pedal, que por cierto acaba de estrenar su disco y espectáculo “Graná”.
En el número La belleza nos muestra el vuelo de su vestido y el baile con abanico, mientras que el teclado de Óscar Rifbjerg era el instrumento que ponía un poco de cordura entre las composiciones tan aéreas o contemporáneas, excepto en La Carrera canastera, otro baile muy mecanizado, casi autómata y surrealista. En La duda disfrutamos con Ana Pérez. En ese tiempo Patricia se cambia a un vestido más tradicional para marcarse unos Tangos con la voz del Colorao, para seguir bailando en El beso con Eduardo Leal. Precisamente, ¡Para! El Tiempo es un solo de Eduardo Leal, con el teclado más impresionista y minimalista, que va cerrando con Hugo Sánchez con unos curiosos flecos en los hombros. La no-fiesta es para el solo de Ángel Fariña, entre tanto que Patricia cruza el escenario con un vestido rojo de seis metros de cola. No es hasta La creación, por seguiriya, cuando podemos ver y escuchar a uno de los dúos del momento, a Patricia Guerrero y Dani de Morón, que parece llevar también todo un instrumento de percusión al golpear con los nudillos su guitarra a compás.
Sea como fuere, Patricia Guerrero le da una vuelta más de rosca al virtuosismo del baile flamenco con “Deliranza”, abriendo una línea más compleja aún en aras de su creatividad que sólo su elenco tan virtuoso es capaz de vislumbrar y seguir. No basta ya con bailar con bastón, sino que hay que llevarlo hasta en la cabeza haciendo equilibrio, mientras que Patricia es capaz de bailar incluso hasta de rodillas. En conclusión, una obra muy física que gustó mucho en Jerez, a pesar de que casi no hay cabida para el silencio, para respirar entre tanto esfuerzo físico, ya que la pieza es un frenesí sin descanso. ¿Será “Deliranza” el Premio de la Crítica?.