Web revista La Flamenca. Francisco Reina Mijas (Málaga). Teatro Las Lagunas 8/4/2011

El flamenco aportó en el siglo XIX sus formas (normalmente, martinete o seguiriya) a la saeta preflamenca, dotándola de una entidad superior a la que tenía este rezo cantado, que devino en la plegaria jonda, habitual en muchos balcones en Semana Santa. El teatro Las Lagunas de la localidad malagueña de Mijjas albergó el 8 de abril la ‘I Exaltación de la saeta de Mijas’, que contó con cinco reconocidos saeteros: Anastasio Ortigosa, Cristina Maestre, José García ‘El Petro’, Paqui Rosales y Rufino Rivas.
Tras el recibimiento dispensado a los asistentes en el patio de entrada al teatro por parte de la banda de música Virgen de la Peña y San Sebastián de Mijas, ésta prosiguió con el programa previsto ya sobre el escenario, al interpretar varias marchas procesionales. Fue la antesala de una noche dedicada a la saeta, un cante difícil, pero muy emotivo, que, lamentablemente, suscitó la atención de muy poco público. Una verdadera lástima porque los saeteros rayaron a gran altura.
El primero en ocupar el coqueto balcón preparado al efecto fue Anastasio Ortigosa, quien le cantó a las imágenes de la Semana Santa de Mijas que se proyectaban en el escenario. Con mucho oficio, Ortigosa se sobrepuso a un problemilla de garganta y dio la talla con maestría en sus dos saetas. A continuación, fue Cristina Maestre, joven y rompedora voz, ataviada con peina y mantilla, la que ofreció su quejío en forma de rezo. José García ‘El Petro’, natural de Paterna de Rivera (Cádiz) y emparentado con El Perro de Paterna, exhibió la bella voz que le caracteriza en unos cantes (martinete y seguiriya) que domina, pese a no ser habituales en su repertorio. Paqui Rosales, la más veterana, puso su voz cristalina y de otra época al servicio de las saetas que sabiamente interpretó. Por último, Rufino Rivas, saetero de Puente Genil curtido en infinidad de concursos, cantó con maestría sus dos saetas, dejándose -como sus predecesores- el alma en cada quejío. La banda puso el broche de oro al evento al interpretar la archiconocida ‘Saeta’, de Serrat.
Pese a la escasez de público que se dio cita para este acto, quisiera reconocer la apuesta que el teatro Las Lagunas viene realizando, desde un tiempo a esta parte, por el flamenco. A buen seguro que no caerá en saco roto. Buena prueba de ello es que otros espectáculos programados han gozado de mucha aceptación por parte del respetable