el cante´ ARGENTINA
Argentina, portentosa

Málaga. Teatro Cánovas 6/4/2011
Francisco Reina
Portentosa. Es quizá la palabra que mejor define cómo fue la actuación de Argentina el 6 de abril en el teatro Cánovas de Málaga, dentro del ciclo ‘Flamenco viene del Sur’. ¡Dos horas y cuarto de cante! Y no se trataba de un concierto de rock, sino de una joven cantaora, bien arropada, eso sí, por José Quevedo ‘Bolita’ y Eugenio Iglesias, a la guitarra; Torombo y Bobote, a las palmas; y José Carrasco, a la percusión. No es habitual ver algo así, máxime cuando la artista onubense se enfrentó (y salió airosa) a un reto colosal, interpretar nada menos que dieciséis cantes (que, en realidad, fueron más), todo un viaje por el cante, como reza el título de este espectáculo, que estrenó en la capital malagueña.
Ofreció, en su recorrido, un amplio muestrario de cantes, algunos en desuso y otros plenamente vigentes. Principió con el garrotín y los tangos del Piyayo, con mucho sabor, en un claro guiño a la tierra que pisaba, con el cuadro al completo. El ritmo que marcan los palmeros y la percusión va a caracterizar el recital en su mayor parte. Sorprende, de este modo, que mantengan esta línea en cantes poco dados a este acompañamiento como la serrana, en un intento por hacer más asequible al público este difícil cante.
Con la caña y el polo, homenajeó a Rafael Romero ‘El Gallina’ y mantuvo el despliegue rítmico del comienzo y ese maravilloso vozarrón del que hace gala. Buscó la intimidad de la guitarra en las peteneras, de singular belleza y dificultad. Tuvo presente de nuevo a Málaga al interpretar los fandangos abandolaos, primero (con la mencionada base rítmica, en uno de los momentos álgidos del concierto), y las malagueñas, a continuación.
No hay palo que se le resista. Buena prueba de ello es que, acto seguido, cantó, magistralmente, por soleá y bamberas. En ella -como le ocurre a su paisano Arcángel-, lo añejo suena a recién parido, como si los grandes del cante cobraran nueva vida en su bella voz. Prosiguió con solvencia por Levante (taranta y taranto), con la guitarra de Bolita y Eugenio Iglesias como protagonista en sendas falsetas que hicieron las delicias de los aficionados.
Por tientos-tangos, alcanzó otro momento álgido, de plenitud interpretativa, expresiva y de transmisión. Tras cinco minutos de descanso, cubiertos por el cajón y la guitarra, regresa por tonás, curiosamente, con un acompañamiento mínimo de guitarra y cajón, algo inusual en el cante a palo seco por excelencia, en esa línea ya citada de hacer más digeribles palos que resultan difíciles para la mayoría.
La milonga y la guajira sonaron preciosas en su voz. Y de la bella melodía de estos cantes de ida y vuelta al quejío profundo de la minera. Para que no decayera ni un ápice su propuesta, continuó con la granaina y la media granaina (paradójicamente, esta última, pese a ser media, tiene más dificultad que la primera). Portentosa.
Ya en la recta final, se alcanzó otro momento culmen por cantiñas y estuvo esplendorosa por bulerías, especialmente, en el cuplé por bulerías de Bernarda de Utrera. Se despide, como no podía ser de otra forma, con una larga tanda de fandangos de su tierra, que remató con uno sin amplificación en homenaje al gran Paco Toronjo.