Disfrutamos de figuras emergentes, de una generación canónica y de la consagración de una estrella, Macarena López.
Revista La Flamenca. Jaime Trancoso 21/2/2022 Foto: Tamara Pastora /Festival de Jerez
Macarena López se ha estado formando no solo en los conservatorios de danza sino en compañías de baile, especialmente de la mano de Estévez y Paños, tanto en el Ballet Flamenco de Andalucía como en Estévez / Paños compañía. La huella de sus maestros es clara y evidente pero el espectáculo nos dejó la consagración de una bailaora ya madura, así como momentos y pinceladas muy interesantes y especialmente emotivos como El Albaicín de Albéniz a dos guitarras, y de mucho peso en cuanto a la investigación de movimientos se refiere, realmente elaborados y conseguidos con el bailarín contemporáneo sevillanoIván Delgado Del Río. Esta línea de investigación a medio camino entre el flamenco y la danza contemporáneo bien merece ser profundizada, porque fue de lo más novedoso del espectáculo, que estuvo regado por los consejos musicales de Arcángel, a través de las voces de Ángeles Toledano y José Luis Pérez-Vera.
Es digno de mencionar cómo el Festival ha sabido dotar técnicamente un espacio ideal para danza, como es la sala enmarcada en los Museos de la Atalaya. No es para menos, ya que en este espacio se presentarán algunas de las propuestas más interesantes del Festival. De hecho, la apuesta por brindar oportunidades a los jóvenes talentos y las figuras emergentes convierten a este certamen anual en el Festival de baile Flamenco más relevantedel mundo.
En sesión vespertina tocó el turno de la generación canónica, como es el caso de Pansequito y la compañía de Danza Flamenca Carmen Cortés. Especialmente interesante como apuesta empresarial es la compañía de Carmen Cortés, bajo el asesoramiento de Gerardo Núñez, que reúne a una treintena de personas en su elenco artístico y técnico para crear ¡Gira, corazón!, bailando con Lorca en la Edad de Plata. El espectáculo, que se estrenaba en Andalucía tras una primera fecha en Madrid, resultaba a veces inconexo en sus números,pero dejó momentos de especial brillantez: el baile de sus solistas, la vistosidad de los números de cuerpo de baile, la contribución del video a inspirar momentos que también recreaban los textos de Lorca, que aparecían incluso traducidos al inglés, o cómo consiguen con mucha creatividad hacer un ruedo taurino con telas, lo que evita costes de escenografía y la posibilidad de mover el espectáculo en el extranjero sin gastos por cargo. CarmenCortés consiguió conquistar al público dándolo todo en su número solo al final, a pesar de que el baile ha evolucionado mucho estas últimas décadas recargándose de virtuosismo, resultó precioso ver un baile canónico a la antigua usanza. Es todavía un espectáculo en evolución que será enriquecido aún más con el tiempo gracias a la labor del pianista Pedro Ojesto.