Pastora Galván. El teatro de los espíritus
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Web Revista La Flamenca. Pedro Madroñal. Sevilla /Teatro de la Maestranza / 5/10/2014 Fotos: José Montiel Márque
Misterioso fenómeno el ocurrido en el Maestranza donde se pudieron observar los fantasmas sevillanos culpables de cincelar en mármol la historia del baile flamenco. Una propuesta paranormal donde Pastora Galván, más que presentar identidades, asume distintas personalidades en su cuerpo que es poseído sin remisión por históricas bailaoras sevillanas.
He aquí donde radica la dificultad del montaje ya que Pastora no se dedica a interpretar los pasos y mudanzas que caracterizan a cada una de las artistas homenajeadas en un proceso mimético del movimiento si no que representa el espíritu mismo de cada una de ellas, su actitud ante el arte y la danza, su personalidad misma. El resultado de distintas destilaciones de un mismo baile decimonónico que se convierte en las más preciadas esencias de lo jondo.
Cinco minutos antes de empezar el espectáculo ya se vio la gracia por alegrías de Matilde Coral, inmaculada, que nos descubre una estampa sevillana en el paseillo con mantón. Más clasicismo en los palillos de Loli Flores por seguiriyas que pintan el escenario de negro con enaguas rojas. Cristian Guerrero y Galli de Morón contrastan sonidos y estéticas también, y se vacían en cada aparición.
De aspecto más canastero con mantoncillo se aparece Milagros Mengibar tras un preciso toque levantino de Pedro Sánchez, hijo del olvidado por muchos Naranjito de Triana. Ahora somos testigos de todo un tratado de baile con femenina impronta. Delicado y aéreo.
La escenografía partía el espacio a base de unas cuidadas luces y contaba como atrezo con percheros y mobiliario que hacían las veces de camerino ocupado por una sastra casi siempre en escena que dialoga a veces con la artista de múltiple personalidad o le ayuda a cambiarse el vestido enseñando la combinación sesentera.
Llega el tributo a la familia como continuadora de una disciplina artística más que como hecho vivencial. La caña se la brinda a Eugenia de los Reyes y José Galván, ella adopta el arte de su madre y su padre es representado por un traje corto y un sombrero. Seguridad en el toque. Todo de espalda al patio de butacas en un cambio de perspectiva. Aparecen los pies protagonizando el número.
Juana la del Pipa, en una especie de descanso para la Pastora, se templa por tientos con un desafortunado acompañamiento a cuatro manos entre Pedro Sánchez y Ramón Amador, maneras de baile para un cante que necesita mimo y sutileza para que nos se pierda tras el continuo rajeo.
Se romancea la bulería para la personalidad de Carmen Ledesma, donde la cadera y el contoneo de todo su cuerpo abre otra ventana del mismo arte, éste sí mucho más arraigado a la tierra marrón del vestido como una proyección de la cultura más que un arte mercantil.
Aguardaba uno de los grandes momentos de la bienal para el único hombre en el recuerdo de Pastora. De ala ancha y con bastón, negro luto su traje, blanca esperanza la camisa, Antonio Fernández “El Farru” remeda a su abuelo El Farruco al que parece haber pedido prestada las manos, los hombros y los pies para recordar la cresta de la llama en el baile con sólo marcar. El patio de butacas tiembla con las patas del viejo mientras se estremece con la voz de ultratumba de Juana la de Jerez por soleá. Anhelos.
Quedaba la reina. La aparición de Manuela Carrasco impacta y duele. Negro con lunares blancos el vestido y parsimonioso su caminar. Aumenta la teatralidad y los brazos toman el pulso al maestranza que se acelera cuando se baila el cante, la escena es un todo. Distintas suerte que acaban con la muerte por el tempo de su cuerpo. Grande Pastora.
Queda dibujar la sonrisa, la comicidad comedida antes se desata ahora por tangos y bulerías. Aparece El Farru como un mosquetero flamenco, un Aramis gitano que firma su baile con la sensualidad del director de la obra, Antonio Canales. Vestida de gala y plata se planta lasciva y guasona por bulerías, personaliza Triana y se despide dejando identidades por el escenario, gotas del mejor perfume, esencias, anhelados espíritus, historia y misterios del baile.
Ficha artística.
Espectáculo: La diferencia. Estreno absoluto / Teatro de la Maestranza/ día 4/10/2014
Baile: Pastora Galván
Cante: Galli de Morón y Cristian Guerrero.
Guitarristas: Ramón Amador y Pedro Sánchez.
Artistas invitados: Juana la del Pipa y Antonio Fernández Montoya “ Farru”.
Interpretación: María del Mar Montero ‘La Canija’.