Web revista La Flamenca Teatro Lope de Vega (Sevilla) 24/5/2011
El bailaor y coreógrafo Rafael Amargo presentó ayer en 24 de mayo a las 21:00 horas en el Teatro Lope de Vega de Sevilla su espectáculo “Sólo y Amargo”, el cual ya se estrenó en el Teatro Principal de Maó en Menorca, en agosto de 2010. Además de ser la primera vez en la que pudimos ver al bailaor sólo en el escenario, también fue la primera vez a lo largo de su extensa carrera que lo hacía en Sevilla.
El bailaor se acompañó por un elenco primoroso de músicos que estuvo compuesto por Maite Maya y Pedro Obregón (cante), Mario Montoya (guitarra), Juan Pedro Cornejo (piano y acordeón), Batio (cello electrónico), Antoñito Maya (percusión) y Juan Parrilla (flauta y dirección musical). El evento contó asimismo con los invitados Diego Carrasco y María Toledo.
El espectáculo, que duró cerca de dos horas, fue muestra de la mentalidad abierta e imaginación del bailaor. Comienza el espectáculo con los artistas agrupados en el pequeño espacio conformado por tres paneles reflectantes, mientras se escucha el recitado de una voz narradora. A ello sucede las intervenciones consecutivas de los músicos interpretando canciones populares de Lorca, las cuales culminan conjuntamente con Anda jaleo, para dar posteriormente a la expresiva farruca que el bailaor, interpreta con el acompañamiento de la guitarra.
Tras una subida de iluminación, continuaría María Toledo que interpreta, en homenaje a Enrique Morente, la famosa canción del cantaor La Estrella, acompañándose a si misma al piano para luego hacerlo en pie y a capella, con notable fuerza expresiva.
Nos sorprende ahora Diego Carrasco y acompañantes, alegrándonos los ánimos, con su forma tan particularísima de hacer bulerías, que en homenaje al mundo de la tauromaquia, Amargo baila con compás y elegancia tal cual un torero, e incluso con capote.
El silencio acoge a un solo libre de guitarra, el cual se muestra equilibrado, a la que suceden interpretaciones notables del acordeón, el chelo y la flauta. Estas dan paso al bailaor, de negro y con mantón, del cual nos muestra su manejo, con acompañamiento de coplas por bulerías.
Sucede un virtuoso sólo de chelo electrónico, que nos envuelve con melodías flamencas y su sonido eléctrico tan particular. A éste sucedería la flauta, también virtuosa, con ligados vertiginosos para terminar por bulerías mano a mano con el chelo. Aparece ahora Amargo, elegantemente con chaqueta, corbata y un clavel rojo en la solapa, entre el público por el pasillo del teatro que se dirige al escenario para bailar seguiriyas con dramatismo, concluyendo finalmente por bulerías que tras un corte aviva al público del teatro con sus aplausos.
Tras un formidable dúo de fandangos y granaina por parte del cantaor y la cantaora, Amargo incluso se atreve a cantarnos en francés la conocida canción Ne me quitte pas del cantante belga Jaques Brel. Esta vez el bailaor se nos muestra todo de blanco, terminando arrodillado a los pies de la cantaora.
El cambio a iluminación funérea nos regala la interpretación a capella, valiente y penetrante de Maite Maya de la famosa Saeta de Serrat, la que el bailaor resolvería con hondura y temple.
Se encuentra, a continuación, el bailaor sólo en el escenario con una silla y una mesa, las cuales rodea de forma un tanto desesperada, acompañándose de dramáticos gritos “¡No!”. ¿Tal vez Rafael se reencuentra con su soledad? Sucede, para nuestra sorpresa, la voz de Luz Casal con su canción Lo eres todo, con la conocida letra “Cada vez que veo tu fotografía…” que Amargo acompaña con cabeceos sobre el tablero de la mesa y movimientos circulares de manos y brazos, terminando sin camiseta y bailando encima de la mesa. Acto seguido, le arropan el conjunto de artistas, , a compás de bulerías, lo que aparentemente nos hubiera parecido un fin de fiesta, que Amargo concluye con una prudente pataita.
Sin embargo, el espectáculo no concluye. Todavía el bailaor tendría que bailar suavemente a una melodiosa música de violín, recibir una lluvia de purpurina y cambiarse de vestuario en el mismo escenario. Después de coplas por bulerías por el conjunto de artistas y cantes abandolaos por bulerías, aparece al fin la cortina negra que da paso a la presentación de cada uno de los artistas de la noche por parte de Amargo. Con el fondo de Canción de amor de Paco de Lucía, el bailaor los saluda uno a uno en el escenario, quienes lo van dejando paulatinamente de nuevo “sólo”. Culmina el espectáculo con un fondo de iluminación rojo y el rótulo: “Lo malo de la soledad es que vuelve sin avisar. Amor Amargo.” Y el bailaor abandona finalmente el escenario por el pasillo del teatro.