"He estado cantando por tangos toda la vida y ya no canto más por tangos."
"Eran los días señalaitos" en los que la Velá de Santiago y Santa Ana se estaba preparando en la otra orilla de Sevilla donde, a pesar de que el corazón del arte no late como antaño, vive nuestra protagonista. Cruzando el Puente de Isabel II, en la Plaza del Altozano, quedamos con La Susi. Junto al monumento al flamenco del escultor Jesús Gavira. Susana Amador Santiago sigue siendo la mujer bella que encandiló con su baile y su cante a toda una generación de flamencos. Sigue siendo la artista de muchos artistas, incluido Paco de Lucía, que le dio la posibilidad de grabar su primer disco. Treinta años después de aquello, sigue presente en el corazón de todos los públicos. En estos momentos de frivolidad artística y voces insustanciales, se hace necesario todo ese universo de sensaciones que es capaz de transmitir su cante. Sentados en una terraza de la calle Betis, nos habló de sus orígenes, su presente y su futuro. Por suerte para nosotros, a esta gitana le queda cuerda para rato.
Nació en Alicante. ¿Por casualidad o su familia era de allí?
Mi familia, todos, venían de Almería. Unos tiraron para una parte y otros para otra. Como todos los gitanos, que tú sabes que somos errantes. Desde Almería, unos vinieron para Sevilla, otros para otro lado. Mis padres, por ejemplo, se fueron a Alicante, y allí nacimos mi hermano y yo. Mis raíces son andaluzas, pero soy alicantina, no te lo voy a negar.
¿Cómo empezó en el arte?
Me fui con doce años a Madrid, guapísima y bailando con una fuerza enorme. Recuerdo que formé un escándalo. Venían todos los artistas a verme bailar, ¡y todavía no había cantado!. Ya cuando canté, me llevaron a Las Brujas, a Los Canasteros... ¡De figura!. ¡Y no tendría ni quince años!. Después de eso, fue cuando me vine a Sevilla.
¿Y como surgió lo de cantar?
Con nueve o diez años ya hacía yo una letra de no sé qué de un pimiento, que no recuerdo ahora mismo. Y poco después ya cantaba las cosas de Camarón y Fernanda de Utrera. Mi padre, que era guitarrista, se dio cuenta de que el cante se me daba bien. Entonces ya me explicó lo que era el compás, porque yo iba sobrada, pero no sabía exactamente lo que era. Y así fui aprendiendo cosas. Pero pasaba que a mi lo que me gustaba era bailar, no cantar. Me daba mucha vergüenza. Hasta que un día me escucharon y me dijeron: "Mira, no bailes más".
Tuvo que montar un repertorio y ponerse las pilas.
Claro. Con mi hermano Joaquín, que me tocaba la guitarra.
Grabó primero con el padre de Paco, y ya después comenzó una larga lista de discos con su hermano Joaquín y con Pepe de Lucía.
Sí, con el padre de Paco aprendí mucho. Con las pronunciaciones me daba unas palizas enormes. De broma, se metía conmigo y me decía de todo. Pero me enseñó muchísimo. Ese disco ("Susana", 1976), tuvo su repercusión. A partir de ahí empezaron a decirme la Camarona, y yo encantada de la vida. En esa época arrasaba por donde iba.
Cuando La Susi sale con Al Alba, por bulerías, se para el tiempo.
Eso, es precisamente de Pepe de Lucía. Tengo muchos discos grabados con él y, para uno de ellos, me mandó esa bulería. Vamos, que la hizo para mí, aunque después la han cantado y grabado otros artistas, como Camarón. Con Al Alba pasó que, como casi siempre coincidían las fechas en que José y yo grabábamos; o nos íbamos a su estudio a escucharlos o ellos se venían al nuestro. El caso es que estábamos con la grabación de esa bulería, y Pepe estaba intentando que matizara los altos y los bajos de una forma. Pero yo ya le había hecho unas cosas mías personales. Repetíamos y repetíamos, pero a Pepe no le gustaba. Y fue Paco, precisamente, en nuestro estudio, el que le dijo a su hermano que dejara lo que yo estaba haciendo, que era una maravilla. Fue Paco quien me tocó la guitarra en esas bulerías y en los tangos de La Primavera.
De todas esas cosas aprendería mucho...
Claro, lo que pasaba es que yo era muy jovencita y no escuchaba a nadie. Era muy sin vergüenza en ese sentido. Por ejemplo, en una ocasión en la tenía que grabar con Tomatito, vino Camarón a casa. Recuerdo que hicimos una paella y José me estuvo indicando como tenía que hacer algunas cosas. El se sentaba con la guitarra, y me las cantaba. Y yo pasaba. Incluso le llegué a decir que me gustaba más como yo lo hacía. Tomatito le decía a mi hermano: "¡Anda y dale una patá a tu hermana!". Hoy pienso en todo aquello y me da una vergüenza horrorosa.
Hizo un programa con el Loco de la Colina, a principios de los 80. Creo que era un especial que dedicaron a Curro Romero en TVE. En un momento, aparece en una caseta de la Feria, sentada en reunión, con Turronero (q.e.p.d.), su cuñada Manuela Carrasco y su hermano Joaquín a la guitarra. ¿Es en momentos como ese donde La Susi se mueve como pez en el agua?
No, no, no. Yo soy una artista rarísima. A mi no me gustan ni las juergas ni los cuartos porque soy muy tímida. Me tienen que matar. Los mismos artistas saben que yo no canto en ningún sitio. Se vuelven locos porque lo haga, pero nunca, nunca. Me tienen que dejar, a no ser que me coja El Extremeño, que ese si consigue que cante a la fuerza, porque casi me empuja a hacerlo. A mi no me gusta la noche, para eso prefiero estudiar en mi casa.
En estos tiempos, ya no salen cantaoras de su corte, o como Remedios...
Bueno, la palabra cantaora es muy grande. Puedes tener la voz muy bonita pero, o te lo curras, escuchando a todos los de atrás o no hay nada que hacer. Hay que escuchar a los viejos. A Caracol, a Vallejo, a Fernanda, Bernarda, La Niña de los Peines, su hermano Tomás... La palabra cantaora es como decirle a un médico, eres un pedazo de médico. Y no salen cantaoras, porque ser cantaora es otra cosa mucho más difícil de lo que hacíamos nosotras.
Su ultimo disco fue Agua de Mayo ¿Le sigue gustando o ya no tanto?
Sí, sí. Me gusta y mucho. Ese disco es muy completo. De los míos, uno de los mejores. El Queco, el Lin y el Panky, hicieron un trabajo muy bueno conmigo. Creo que es de lo más bonito que se ha hecho últimamente.
Se comentó hace nos años que estaba preparando un nuevo disco, también con Queco y la guitarra de Vicente Amigo. ¿Qué pasó con aquello?
Se quedó parado. Ten en cuenta que Vicente no para de trabajar y cuando teníamos que grabar no era posible, o porque estaba trabajando o necesitaba descansar. Al final se nos fueron apagando las ganas.
¿Está preparando grabación? ¿Cómo tendría que ser ese nuevo trabajo?
Bueno. Eso es una sorpresa. Y no me gustaría contarte mucho porque los artistas somos muy supersticiosos y basta que lo diga, para que no se cumpla. Tengo un elenco de gente buenísima trabajando, para hacer flamenco, flamenco. Pero no te digo nada, que después las cosas no me salen. El año que viene, si Dios quiere, tendremos disco.
"Espero que mi hija Mercedes no vaya por esto del arte."
Sería necesario que así fuese. No sólo por usted, sino por quienes te admiraos.
Sí. Ayer me vieron unos gitanitos franceses y me lo pidieron: "¿Cuándo vas a hacer otro disco?"
Participa en la Bienal de Málaga, junto a su primo Diego Amador, en el espectáculo Flamencos de Raza. ¿En qué va a consistir?
Eso va a ser muy fuerte. El Churri y yo somos unos enamorados el uno del otro en la música. Ya me han dicho que en Francia ha formado el alboroto. ¿Has escuchado algo del disco nuevo que está terminando?. Pues es impresionante. Hace de todo y lo toca todo: piano, guitarra, bajo, batería, canta... Pero además, tiene la cosa buena de que cuando no sabe algo, pregunta: "Dime esto, que yo es que no lo sé". Es un artista grandioso. Lo de Flamencos de Raza es otra sorpresa que queremos darle al público y a la gente flamenca. Lo único que te digo es que vamos con palos grandes.
Sí, porque es muy común que todo el mundo se espere a La Susi cantando sólo por bulería y tangos.
Pero La Susi es otra cosa. Si no voy más adelante... ¿En qué me quedo? ¿Qué clase de cantaora soy?. He estado cantando por tangos toda la vida y ya no canto más por tangos. Llevo seis años sin cantarlos. Ya va siendo hora de hacer otras cosas, por ejemplo, cantar por seguiriyas. Los tangos ya los tengo bien aprendidos. El otro día me decía El Churri, prima, hay que cantar por tangos y no quiero.
Sería una pena que una voz como la suya, que para muchos es la más gitana que tenemos, la que más puede conmover, se quedara sólo en los cantes festeros. Porque escucharle por malagueña, taranta y vidalita es una gozada. ¿Qué otros cantes de este tipo tiene en cartera?
Mira, no puedo estar las veinticuatro horas del día estudiando, que ya me gustaría, porque soy madre y ama de casa. Mi casa y me hija necesitan muchas horas de trabajo. Pero tengo mi ratito, a partir de media tarde, de ponerme a estudiar. Y a lo mejor me pego hasta las dos de la madrugada. Ahora estoy con las granaínas de Tomás Pavón y la de Cepero. Fíjate que no hago distinción entre payos y gitanos, porque me gustan los dos. Ahora estoy cogiendo cosas de todo el mundo. La seguiriya de Isabelita de Jerez, cosas de La Pompi, el martinete que hace Rosalía de Triana... Con esta última estoy muy entusiasmada.
Hay que reivindicar a la mujer en el flamenco
Por supuesto.
En la Bienal estaba todo el mundo revuelto con usted. Por soleá formó el taco. Cuéntenos cómo se preparó para esa noche en el Hotel Triana.
Como un examen muy importante. Siempre que tengo una cosa así, me encierro en mi casa y me digo: "Este examen lo tengo que aprobar". Y me dan las tantas estudiando.
Hace cinco años, cuándo estuvo en el Teatro Real, también salió por martinete. ¿Cómo se le queda al personal de los madriles la carita al escuchar a una mujer por esos cantes?
Je, je, je. Sí, bueno, siempre que se cante bien la gente va a decir ole. Pero, a parte de eso, a la hora de cantar me preocupa no mezclar los tercios. Por esos cantes me gustan muchos las cosas de Agujetas.
¿La veremos alguna otra vez acompañando con su cante, el baile de su cuñada Manuela...? Sería una gozada.
Yo le he cantado otras veces. Por ejemplo, en Londres, por seguiriyas. Me montaban en un sitio muy alto, y ella con esa cara mirándome... Es la única artista a la que no me importaría cantarle, no porque sea mi cuñada, sino porque es la mejor de todas. Yo nunca he cantado para el baile porque no me ha gustado pero ¿a ella?, seguro. Es la más grande del mundo.
Su hija Mercedes, ¿va más por el cante, por el baile, o pasa totalmente del flamenco?
Espero que no vaya por esto del arte, directamente. Tiene una voz muy bonita, baila muy graciosa y es muy moderna, pero aunque parezca que tiene diecisiete, tiene sólo doce años. Lo que le suena muy bien, de escándalo, es la canción melódica. Fíjate que cosa más rara.
¿Cómo ve el cante en la actualidad?
Hay mucha gente preparada, pero es muy difícil. Ni los mismos artistas sabemos de esto. Una cosa sí está clara: esas voces que teníamos antes, esa forma de cantar, ya no se ven, no.
¿Escucha otras músicas?
De todo. No me quedo sólo con el flamenco, porque me gusta también el jazz. Fíjate, soy una flamenca tan rara que escucho hasta ópera, porque tienen una forma de afinar increíble.
¿Qué le gustaría hacer en los próximos años?
Tengo muchas ganas de hacer una antología de cante, y no me pienso quedar con las ganas. Para que cuando pasen muchos años la gente diga, esta era La Susi ?.
Fotos: Fidel Meneses