La directora del BFA llega al ecuador de su primer mandato reivindicando la viabilidad económica y la necesidad artística de la formación que prepara novedades con Israel Galván y Pedro G. Romero.
Revista La Flamenca. Xavier Grau. 11/7/2022
Úrsula López cumple dos años al frente del Ballet Flamenco de Andalucía (BFA) consolidando la compañía como referente en la investigación artística del Flamenco y diseñando dos nuevos espectáculos. Serán El sueño de la vida como segunda parte del trabajo sobre Lorca y el baile y una innovadora propuesta para la próxima Bienal de Sevilla con Israel Galván de coreógrafo y cuatro piezas, del día, para cada jornada con el título genérico de Gimnasio.
¿Qué bases de su proyecto para el BFA ha conseguido cimentar hasta ahora?
Han sido dos años muy fructíferos en los que no hemos parado porque tras la pandemia nos vimos obligados a tirar para adelante dos espectáculos en la temporada de inicio 20-21 y eso nos generó una actividad intensa.
Toma de posesión, pandemia y ahora, renovación forzada de todo el elenco.
Hemos cambiado el 90% del elenco, bailarines, bailarinas y músicos, por causas externas a lo artístico. Razones y complicaciones administrativas y contractuales nos han llevado a seleccionar un cuerpo de baile nuevo y a remontar los dos espectáculos de nuevo.
Dificultades añadidas.
Sí. Pero estamos trabajando muy duro para mantener la exigencia y la calidad de los dos espectáculos que tenemos en marcha: Antonio... 100 años de arte y El maleficio de la mariposa.
Y preparando más novedades para el ciclo Lorca y Granada.
El maleficio de la mariposa tendrá una especie de continuidad con El sueño de la vida con más investigación junto a Pedro G. Romero para ir constatando que los flamencos siempre han bailado a Lorca y que queda mucho por reivindicar y muchas coreografías y artistas a los recuperar como hemos hecho con el Bolero o la Caña de Antonio en el espectáculo que le dedicamos.
¿Cuál es la principal función del Ballet?
Cumplir como los embajadores más grandes de Andalucía que llevamos, igual que otros muchos artistas, nuestro nombre, nuestra tierra y nuestro patrimonio flamenco por el mundo.
¿Qué resultará de la colaboración con Israel Galván para la próxima Bienal de septiembre?
Él fue el primer bailarín cuando la creación del Ballet Flamenco de Andalucía con Mario Maya y preparamos algo especial. No bailará sino que presenta un proyecto coreográfico nuevo.
Cuéntemelo.
Lleva por título Gimnasio y va a consistir en cuatro piezas distintas para los cuatro días de la Bienal. Serán cuatro piezas diferentes, con cuatro motivos especiales, que Galván trabajará cada uno de los días durante toda la jornada con nuestros bailarines y bailarinas. Lo trabajado durante cada una de esas jornadas intensamente será el cuerpo del espectáculo para cada una de las galas.
¿Pesa mucho hacerse cargo de un Ballet con 25 años de trayectoria?
A mí no me costó porque siento este Ballet como mi casa, crecí aquí como artista, lo conozco hasta los tuétanos y para mí no tiene secretos. Llegué aquí con 18 años directa desde Algeciras y estuve aprendiendo con los mejores coreógrafos y maestros del Flamenco nueve años.
¿Los mejores de su carrera?
Los más bonitos porque cuando eres joven sólo te preocupas de bailar. Yo compartí en este Ballet los años tal vez más fructíferos, de mucho aprendizaje y de gran bonanza con muchos medios y grandes proyectos.
¿Conoce entonces bien lo que necesita la institución?
Apostar fuerte como Ballet único en el mundo con su perfil, con su tamaño pequeño pero especial, somos diez bailarines y bailarinas y cinco músicos, junto a los técnicos, y eso permite que cada artista tenga cara, nombre y apellidos propios.
¿Qué ventaja le da este tamaño de la formación?
Nos permite trabajar la individualidad y la personalidad de cada artista potenciando al máximo también el trabajo artístico en grupo. Esa es mi apuesta y ese es el mérito de nuestro trabajo artístico.
¿Cómo la consigue desde la dirección?
Con el trabajo diario de muchísimas horas, con el compromiso, la disciplina y el respeto de los artistas, con su generosidad. Compartiendo tantas y tantas horas de trabajo que llegamos a ser como una familia en la que todos se huelen, se conocen, se comprenden y eso nos permite lucir como grupo y como individuos, en los momentos en solitario...
...
... y en cada solo de cada artista porque el trabajo bien hecho de los demás te hace brillar también a ti.
¿Y qué problemas gordos debe sortear a diario?
Umm...
Algunos habrá...
Podríamos decir que el arte no casa muy bien con la administración, la política, la burocracia, el papeleo...
¿Eso quema mucho?
Te acostumbras a trabajar con plazos, gestión de presupuestos, controles del gasto... aspectos que no tienen nada que ver con el desarrollo artístico de mi trabajo como directora.
Usted ha sido bailaora del BFA, artista invitada en el Ballet Nacional de España y artista con compañía propia. Cuénteme lo mejor de cada momento.
Fueron preciosos los primeros años en el Ballet Flamenco y los años en el Ballet Nacional comportaron mucha responsabilidad pero ¡vaya! para eso he tenido siempre mucho carácter. Lo dejé a los dos años y pico para montar mi propio proyecto y ahora disfruto mucho como directora artística porque soy una enamorada sin límite de la danza y de mi trabajo.
¿Y la energía necesaria la toma de...?
De mi familia y de mis dos niñas que me hacen llegar a todo y pensar la cantidad de tiempo que no aprovechaba antes... Tengo que organizar todo, llegar a todo... y con ellas siempre pienso en las horas y horas que ahora siento que perdía haciendo ‘ná’.
Explíqueme un día normal en el BFA.
Solemos empezar sobre las nueve de la mañana intensamente hasta las cinco de la tarde trabajando mucho. Nos iniciamos con sesiones de preparación y entrenamiento, trabajo de calentamiento físico principalmente. Añadimos clases y formación sobre flamenco, especialización y demás y repaso del repertorio a fondo cuando tenemos actuaciones o giras más a la vista.
¿Cuántas actuaciones realizan por temporada?
Alrededor de una decena a las que sumamos la trentena de galas los veranos que nos coinciden, alternativos, con el programa de participación en el Festival Lorca y Granada.
¿Una formación como la suya no debería estar todo el año de gira por el conjunto del país?
Claro que sí, sin duda. Podríamos no parar ni un segundo porque representamos un proyecto muy definido y muy consolidado desde hace 25 años con todo el apoyo de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y como Ballet somos un espectáculo rentable y muy goloso, pero se imponen las limitaciones de presupuesto que dan para lo que dan y no para más.