Autora: Catalina León Benítez
Edita: Almuzara, 2006
De mis años de universitario recuerdo vivamente las enseñanzas de la doctora Judith Etzion. Esta profesora - la fuente más fidedigna para el estudio del fandango castellano -amenazaba literalmente a sus alumnos con denunciarnos por plagio, si algunos de nuestros trabajos de clase tenían relación con cualquier obra ya publicada. Nos hizo sudar tinta, pero aprendimos a ser originales. Por eso, cuando cae en mis manos un libro que, como El Flamenco en Cádiz, peca de la fórmula "corta y pega", a uno le entra la risa floja de la indignación.
Recurriendo al "refrito" de las obras de Fernando Quiñones y Javier Osuna (entre otros), Catalina León nos ofrece lo que ya sabíamos. Prueba de ello es que anula voluntariamente las notas al pie; quizás para evitar la cita constante a estos autores. Entrando en materia, en cuanto a los estilos gaditanos, no aporta nada nuevo a los estudios de los Soler o Blas Vega, incurriendo en el grave error de considerar los cantes de Los Puertos como derivados de los de Cádiz capital, por las mínimas diferencias que dice encontrar entre ellos. Por otro lado, y sin ningún rigor musicológico, sitúa el origen del tango flamenco en el tango (tanguillo) de carnaval, cuando está más que demostrado que ambas formas tienen el mismo origen temporal y musical, y distinto devenir. Y completa el puzzle ocupándose -en los mismos términos- del baile, el léxico y las artes plásticas y literarias, adaptando parrafadas completas de otros autores. Todo esto, sin modificar antiguos datos con modernos hallazgos. ¿Cómo el Consejo Asesor de esta editorial ha permitido su publicación?.