El investigador Hugo Sánchez ha editado una obra inédita que reúne diferentes textos de este artista pacense hablándose en todos de flamenco, de una forma directa y personal.
Revista La Flamenca. R. De la Villa 10/3/2022
Nos adentramos en una nueva obra flamenca literaria que lleva por título “Carlos Lencero. Odisea del espacio (Textos flamencos)”. La misma ha sido editada por el investigador Hugo Sánchez Rey e incluye una colección completa de textos de Lenceros compuesta por seis cuentos flamencos, veintitrés artículos, seis libretos de CDs, una entrevista, un libro de fandangos y treinta poemas sobre artistas flamencos.
Lo que tienen en común todos estos textos es que se habla de flamenco de una forma directa y personal, además de dejar patente que el escritor Carlos Lencero, y sobre todo, su arte, su literatura, su forma de ver y entender el arte jondo, siguen vivo 15 años después de su muerte.
Ha sido editado por Fuego fatuo, y el pasado domingo fue presentado en Sevilla, en un acto en el que Hugo Sánchez estuvo acompañado por Ricardo Pachón, prologuista de la obra; y el crítico musical Luis Clemente, epiloguista. Allí se habló de la relación de Lencero con el flamenco, de la edición del libro y de su identidad, vida y obra.
Además, el evento contó con momentos únicos como la proyección de una entrevista inédita a Lencero de 1999, y las pinceladas de compás del guitarrista flamenco Ian Scionti con su cuarteto, además de anunciarse a Agujeta Chico con Beatriz Morales.
En sus páginas, tal y como destaca el editor se rescata a uno de nuestros escritores inmortales, “Lencero es un poeta inmortal porque traspasó la frontera de la autoría para entrar en el anonimato”. Algo que ocurre cuando el pueblo canta letras sin saber quién las ha escrito.
Textos que forman parte de la identidad de Lencero y mediante los que transmite su forma de vida, pues tal y como señala Hugo Sánchez, son textos que “tratan finalmente una conexión emocional con el flamenco”. Por ello, podemos leer en sus poemas un reflejo personal de los artistas que conoció a lo largo de su vida y sus maneras de interpretar los palos más jondos.
No debemos olvidar, tal y como menciona Ricardo Pachón en el prólogo del libro, que Lencero conoció de primera mano a una gran diversidad de artistas flamencos. Primero en la Plaza Alta de Badajoz, en donde escuchó a las principales figuras como Porrina, el Musiquina, la Marelu o Juan Salazar. En Jerez también se impregnó de arte y compás, donde vivió una temporada en 1974, donde tuvo la suerte de escuchar a Terremoto, el Chocolate, Manuel Agujeta… donde dejó valiosa información en forma de relatos cortos y poemas sobre Tío Gregorio, El Borrico, El Chozas, Diego Carrasco, Moraíto…
Y finalmente se instaló en Sevilla, en esa época de los 70 de los hippies, gitanos y rockeros. Una etapa de su vida donde hizo amistad, de por vida, con la familia Amador y Ricardo Pachón, colaborando con este último en la serie El Ángel y escribiendo letras para Pata Negra, Diego Carrasco, Remedios Amaya, Camarón, la Macanita... “Se convirtió en el poeta de referencia para la música flamenca”, destaca Pachón.
No podemos pasar por alto sus colaboraciones con la revista Alma100 y, por su puesto, con la nuestra, Revista La Flamenca, cuyos textos podemos encontrar en este libro. Por ejemplo, se ha recogido esa crónica literaria sobre la XVIº edición Festival de Flamenco de Mont de Marsan del cual alababa su organización, calidad y desarrollo dejando declaraciones como que “al igual que en otros terrenos, vamos diez o quince años por detrás de Francia”. O ese artículo dedicado a Diego del Gastor, a quien rubricaba palabras sencillas pero muy jondas como esas que dicen “… solo hay un toque diferente a todo, único y distinto. Y tiene un nombre muy sencillo. Se llama Diego”.
Al igual, hacía en su artículo dedicado a Juan Talega, “el último de los grandes dinosaurios flamencos”, tal y como destacaba en el texto publicado en Revista La Flamenca y que recoge ahora este libro. O el obituario a Chocolate, del que cómo dejó por escrito, “tiraba, que no canta, los fandangos, como debe de ser”.
Esto son unas simples notas de lo que podemos leer y sentir en “Carlos Lencero. Odisea del espacio (Textos flamencos)”. La obra resumida de un escritor que sabía vivir el momento y transportarlo al papel de forma visceral. Porque Lencero supo hacer de sus influencias un estilo personal, dionisíaco, inmediato… y así nos lo muestra Hugo Sánchez en esta obra, acercándonos a Lencero, quien supo entender el flamenco como forma de vida, una manera de estar en el mundo.
Un libro para leer, para sentir, para vivirlo… porque como finaliza Luis Clemente en su epílogo, “cuidado con él. Que viene Lencero”.
El libro se puede conseguir en las librerías Caótica y la Fuga de Sevilla... también en la página web de la editorial Fuego Fatuo.