El Pele. Pelea en el firmamento
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Web Revista La Flamenca. Pedro Madroñal. Sevilla /Teatro de la Maestranza / 28/9/2014 Fotos: José Montiel Márquez
Pelea. Pelea. Las estrellas tienen domicilio. Tienen sombra de flamenco. El Maestranza albergó anoche una constelación jonda y brillante que puso en orden el cielo de Sevilla. Una lucha sin cuartel, donde la intelectualización está en la composición musical y no en el mensaje, donde el cante se muestra carne, el baile, bala y el acompañamiento fidelidad.
El Pele ganó el combate y nos tumbó en la lona de las emociones con una propuesta flamenca sin más, donde la trasmisión de sentimientos no es el fin si no el medio. Rodeado de una especie de “Dream team” flamenco luchó hasta arrancarnos la última gota de sangre. Amantes que se murieron.
El primer sonido, el eco impagable de Rubio de Pruna que templa el toro para que los gitanos se enteren que El Pele por toná no vende ojana. Se parte las costillas pero gusta cuando se come el cante y lo mete en sus entrañas. El gusto de Dorantes impregna la noche, ahora en una composición de cantes malagueños, fandangos abandolaos y malagueñas de Enrique “El Mellizo” y Concepción “La Peñaranda” para volver al compás del fandango a media voz y otra vez al cielo, el violín certero de Parrilla acomoda los sentidos.
Valiente por seguiriyas de Jerez, recrea sobre la tradición y le inyecta personalidad, clavo y canela. Crujen las tablas y se templan por naturales para la soleá de Alcalá, Triana y apolá de infinitos tercios ligados que duele, de nuevo, cuando se traga el cante.
EL golpe más fuerte de la noche nos lo dará Juan Manuel Fernández Farruquito sin composición y a matar en la soleá por bulerías. Con las hechuras de un rey gitano y gigante, con el pecho tatuado de raza y elegancia marca el paso con mudanzas clásicas, despacito, flota en el cielo del Maestranza buscando la tierra con todo su ser y más que bailar el cante, canta bailando y se queja por toda la estirpe. Su verticalidad insulta a la gravedad, hace la noche madrugada. Eclipse lunar.
Encarna Anillo ofrece luz y aire con el alma blanca y dolida. Dorantes marcando las distancias con una propuesta flamenca sin fisuras en su concepción. Ética y estética. Las guitarras de Manuel Silveria, fiel escudero, y de Niño Seve, el futuro cordobés, se meten en la cantiña con recuerdos de Juana Escalona “La Juanaca”, para mirar a casa y preguntarle al platero qué cuánto vale. El grupo no deja perderse a El Pele por los rincones de la alegría, uno de sus lugares de preferencias.
Sin zafarnos de su cante directo, el piano suena a Caracol y nos arrincona el cante del maestro. La Moneta se juega el físico tras el pole de Farruquito. Pero la altura da fuerza al agua y si hay mimbre hay contagio. La bailaora nos termina de envenenar con el misterio y la magia de su movimiento, con sus manos de bruja gitana, con su cintura endemoniada, un diablo que llama a la lujuria, a la gula de los sentidos.
No teníamos cuerpo para tangos, ya no, deambulábamos por un cuadrilátero sin fin ni fuerzas ni emociones pendientes. El fin de fiesta nos provoca una especie de mueca sonriente como una caricia tras el éxtasis, embelesados, desnudos con aspecto lunático y cansados.
Se libró una pelea en el firmamento y cayeron del cielo de Sevilla estrellas flamencas. Huele a aguardiente y caramelo. Sabe a vino y flores. Muriendo y punto.
Ficha artística:
Espectáculo: Peleando y Punto. /Teatro de la Maestranza/ día 27/9/2014
Cante: Manuel Moreno Maya “El Pele”
Artistas invitados: David Peña Dorantes (piano), Juan Manuel Fernández Montoya “Farruquito” (baile), Fuensanta “La Moneta” (baile)
Colaboración Especial: Fuensanta Fresneda Galera. Fuensanta “La Moneta”. Encarnita Anillo (cante)
Violín: Bernardo Parrilla
Guitarras: Manuel Silveria y El Niño Seve
Percusión: Eduardo Serrano “ El Guito” y José Moreno
Coros Palmas: Desiré Márquez, Natalia Segura, El Rubio de Pruna, Chicharito de Jerez y Rafael Romero