Espléndido recital de Laural Vital, con su particular mensaje de amor y devoción a las mujeres que tanto nos han enseñado.
Web revista La Flamenca José Cenizo Jiménez. Sevilla (Iglesia de San Luis de los Franceses) 16/9/2016 Foto: Archivo fotográfico Bienal de Flamenco
La variedad de espacios de la Bienal de Sevilla ofrece sorpresas o gozos como el de la Iglesia de San Luis de los Franceses, en la calle San Luis, en pleno centro de Sevilla. Un entorno barroco a más no poder, un sitio quizá excesivamente adornado o recargado pero donde a la vez el espíritu se serena. De ahí hemos salido esta tarde fresca del septiembre sevillano con la alegría de haber asistido, de nuevo, tras el reciente espectáculo “Tejiendo lunas”, a un recital de Laura Vital (Sanlúcar de Barrameda, 1980). Laura está en plena madurez artística, segura, entregada, feliz, comunicativa, aprendiendo a cada paso, discípula agradecida y ya joven maestra, en sentido estricto, pues da clases de cante en el Conservatorio sevillano y en sentido artístico.
Lleva muchos años cantando y ha aprendido mucho, y sobre todo de muchos, hombres y mujeres del flamenco, a los que dedica su espectáculo. Como dijo, podría acordarse de muchos más, y seguro que hará más espectáculos con ello, pero había que ser breve, y así nos dejó, esta vez, en “Mujeres de sal”, su particular mensaje de amor y devoción a las mujeres que tanto nos han enseñado, en diversos estilos y épocas, como la Niña de los Peines, la Trini, la Mejorana, la Serneta, Dolores la de la Huerta, María Borrico, la Perla de Cádiz o, más cercanas y ya en la memoria, Juana la del Revuelo y Mariana Cornejo, entre otras. La que más brilla, por razones obvias, en este repertorio de homenaje es la Niña de los Peines, la Pastora de las bamberas, farrucas, cantiñas… Malagueñas, rosas, tangos, soleares, taranta, seguiriya, fandangos y bulerías completan el recital.
En conjunto, un éxito de público y artístico, una muestra de la conjunción preciosa entre una buena cantaora y buenas guitarras. Dos guitarras que se complementan: Eduardo Rebollar, sobrio y clásico en las soleares y vibrante y comunicativo en estilos festeros como los tangos y las bulerías, compenetrándose con Laura en recortes y desafíos atractivos para el público; y Sócrates, una agradable sorpresa, un tocaor delicado, sutil, lírico, con una música deliciosa. Acompañados, atrás, por las palmas de Perico de la Chana y Diego Montoya.
De todo lo ofrecido, nos quedamos con una farruca divina, y más en ese marco. Una interpretación melodiosa, parsimoniosa, bella como quizá hemos escuchado pocas y con Sócrates espléndido a la guitarra, una farruca mezcla de nana, por la serenidad y la dulzura de la voz, y de seguiriya, por la profundidad. Una joya, una gozada, un recuerdo bello, difícil de describir con palabras. Y también con una seguiriya de María Borrico, una sola letra, “Compañero mío…”, después del fraseo de guitarra, un alarde de Laura, potente desde su aparente fragilidad, como surgiendo de la reflexión y el silencio. Un espectáculo, en fin, que confirma la profesionalidad de Laura Vital, tan sabia en elegir a los compañeros de viaje.
Ficha artística
Espectáculo: Concierto “Mujeres de sal”/La Bienal de Sevilla/ Iglesia de San Luis de los Franceses Sevilla. 15/9/2016
Cante: Laura Vital.
Guitarra: Eduardo Rebollar y Sócrate.
Palmas: Perico de la Chana y Diego Montoya.