Revista La Flamenca: Revista nº 14 /año 2006 Marzo Abril
(Ed. La Posada, 2005)
Con esta publicación, Manolo Sanlúcar completa su currículum como maestro importante para la música y el flamenco. Instrumentista, compositor, productor, docente y ahora teórico. Porque al modo de los grandes estudiosos de la historia de la música (Ramos de Pareja, Galilei, Artusi o Rameau), nos presenta un tratado en el que descubre los cimientos musicológicos de nuestro arte. Obras como esta -sin fisuras- en las que se investiga científicamente desde la práctica, son las que necesita con urgencia la flamencología moderna. Con las pruebas en la mano, desmitifica las teorías romanticistas que todavía hoy padecemos y pone en jaque a los músicos españoles y españolistas de la transición al XX; esos que se acercaron al flamenco para llevarse mucho y dar muy poco.
Con el mismo leitmotiv: "Desde la escuela occidental de la tonalidad no se puede explicar el flamenco, puesto que es una tradición musical anterior al sistema tonal", va poniendo los puntos sobre las íes. Nota a nota, el modo dórico griego (mal entendido por los eclesiásticos) es desmenuzado por Sanlúcar, descubriéndonos donde se aloja la Cadencia Andaluza, de obligada lectura descendente (la-sol-fa-mi) y portadora de muchas de las claves determinantes del tejido melódico y armónico de lo jondo. Asimismo, propone otra distribución de los grados, en los que en la relación tónica-dominante está marcada por sólo tres intervalos, en lugar de los cuatro occidentales. Demuestra que esta cadencia ya la conocía San Isidoro de Sevilla, años antes de que los árabes nos la ofrecieran con interesantes mejoras de su cosecha. Tampoco pierde la oportunidad de establecer unos cánones estéticos, sin correr por las ramas del misticismo de los duendes y los enanos. Porque sin oxidarse en la ortodoxia extremista, pone a buen recaudo a los sucedáneos del flamenco comercial. Una obra seria y densa, de obligada lectura comprensiva para profesionales, aficionados y políticos c