
Empieza a sonar una guitarra. Acordes flamencos, no hay duda. De repente surge una voz como salida de otra época. Una voz de hombre, con pureza oriental, que nos lleva hacia una tierra desconocida. No entendemos la letra, porque castellano no es, pero si notamos la profundidad del cante, cuya resonancia se entremezcla con las vibraciones de las cuerdas del instrumento. Suena también el ritmo de un kanjira, una percusión hecha de piel de lagarto.
No estamos soñando, sólo estamos viajando oyendo el último montaje de Antonio Ruiz "Kiko". El guitarrista francés, cuyos antepasados se criaron en Andalucía, decidió unir su flamenco con el arte del cantante indio Ravi Prasad. Este trabajo, que intenta poner de manifiesto los orígenes orientales del flamenco, se llama "Tandem". Según explica Kiko Ruiz, flamenco y cante indio se unen perfectamente porque "en la música india también el ritmo es un elemento fundamental".
Al realizar este tipo de encuentro musical, no sólo es importante que se compenetran los estilos, también es necesario que los artistas sepan abrir su horizontes. "A través de la música, lo importante es hacer hincapié en las emociones y los sentimientos humanos, porque no hay nada más grande que el amor entre los seres y el amor de la vida", comenta Antonio Ruiz. "Hemos explorado al máximo nuestra complicidad para llevar a cabo este proyecto. Cada uno ha dejado a parte su entorno cultural para descubrir otro universo. La música es universal. Hay que salir de su capullo. La tierra es redonda y la vida ciclica: tenemos que esperar de cada encuentro que permita seguir adelante", añade el cantante indio, que estudió la filosofía de su país de origen, aunque lleva veintidós años viviendo en Francia. "Nihure", "Valse à Ravi", "Flores", "Esperanza" o "Parashuraman" son algunas de las canciones que los dos artistas han creado, contando leyendas de India a través de palos flamencos como la caña o la bulería.
Durante su primer concierto de presentación de este trabajo en común, el día 11 de enero en Toulouse, Kiko Ruiz y Ravi Prasad decidieron regalar el disco a cada uno de los espectadores. "La idea era agradecerselo al público, explica el guitarrista. No olvido que si sigo haciendo música todos los días es gracias al él. Es un regalo simbólico, una manera positiva de seguir adelante y de dar un mensaje de generosidad al público." En el entorno tan encantador del auditorio de la iglesia Saint-Pierre-des-Cuisines, en Toulouse (ciudad capital de los republicanos en exilio, según la llaman los historiadores), fue más que un concierto. Fue un himno a la aperturay más que un encuentro entre dos artistas generosos y cómplices, tenemos aquí una fusión entre India y España.Los aficionados al flamenco bien saben que no siempre una fusión homenajea al flamenco. Pero en este caso, cuando cada componente de la fusión es buen conocedor de su propia cultura, entonces sí, si podemos decir que esta fusión nos permite avanzar, sin dañar ni al flamenco, ni a la cultura india.
Texto y foto: Delphine Fabius y Lorena Martin