Revista La Flamenca: Revista nº 20 / año 2007 Mayo Junio. Antonio Reina Gómez
Siempre he dicho que la saeta es una manera más honda y profunda de rezar cantando, a través de la cual se cantan escenas de la Pasión o del dolor místico de nuestras Vírgenes, nuestros Cristos, Flagelados y Dolorosas durante las fiestas de Semana Santa. Es algo tan íntimo y devocional que el propio Antonio Mairena decía que no era capaz de cantarlas bien sin mirarle la cara a las imágenes, y así expresar mejor su sentimiento y su dolor.
En su evolución flamenca de la saeta, no cabe la menor duda que Sevilla ejerció una gran influencia, pues Triana, como barrio gitano, fue lugar de disfrute y peregrinación de todos los aficionados en la primera mitad del S. XIX.
Antonio Mairena manifiesta, como a principios de siglo llega a Sevilla una forma jerezana de cantar saetas, a la que se llamó por seguiriyas y martinetes, y que terminó convirtiéndose en un gran cante, con las mismas dificultades y duende que el mejor estilo flamenco.
¿Quiénes fueron los artistas jerezanos que trajeron esa forma distinta de cantar?: La Serrana, Manuel Torre y el Gloria.
Mercedes Valencia, "La Serrana", hija de Paco la Luz, nos ha legado una saeta maravillosa, primitiva, con aire de toná, de gran belleza y dramatismo, y al mismo tiempo, exenta de espectacularidad:
Los cielos se enturbecieron
y hubo eclipse de sol y luna
y le dan azotes crueles
al Divino Redentor,
amarraíto a una columna.
Manuel de Soto Loreto, "Manuel Torre", ha sido sin lugar a dudas, uno de los cantaores más grandes que ha dado la historia del cante gitano. De acuerdo con Luis Melgar Reina y Angel Marín Rújula las saetas de Manuel Torre son puras creaciones, y a partir de él, la saeta se transforma y se reviste con un eco profundísimo, lleno de matices peculiares. Torre marca un hito, y si históricamente no podemos hablar de quién inventó la primera saeta, sí podemos afirmar que el mundo saetero está dividido en dos mitades: antes y después del coloso jerezano:
Lo pasean por el pueblo
como si fuera un ladrón.
Delante lleva un pregonero
que pregona en alta voz
la muerte amarga del Nazareno.
Rafael Ramos Antúnez, "El Gloria", nace también en Jerez, pero desde muy joven se traslada a Sevilla. Fue uno de los saeteros más importantes de todos los tiempos, y dotado de voz potente y clara, imprimió a la saeta tal fuerza, frescura y pasión, que la convirtió en uno de los cantes más importantes de la antología flamenca:
Eres guapa y sevillana
y de la tierra eres la flor
en el cielo Soberana
también la Madre de Dios
y Estrella grande de la mañana.