Revista La Flamenca: Revista nº 24 / año 2008 Marzo Abril. Juan Pinilla Foto: Archivo Festival Cante de Las Minas
El flamenco granadino se ha despedido de una de sus mejores voces. El joven cantaor Víctor ´El Charico´ falleció el pasado mes de enero en el hospital de San Juan de Dios, donde se encontraba internado desde hacía alrededor de año y medio en estado vegetativo. ´El Charico´ era muy conocido en el Albaicín, su barrio natal, donde su familia tenía varios negocios muy populares y donde dio sus primeros pasos en el mundo del flamenco. Víctor Blaya Quero, nombre de pila de ´Niño Charico´, nació en Granada en 1979, en el seno de una familia albaicinera, nieto de Vitoriano Quero -uno de los famosos componentes de ´Los Quero´, que pasaron a la historia como los "últimos bandoleros románticos"-, y emparentado con la gran artista Gracita del Sacromonte. A muy temprana edad ya frecuentaba el barrio flamenco, donde comenzó a cantar en tablaos como Los Tarantos o el Reina Mora.. Fue asiduo a la Peña La Platería, donde subía a los escenarios junto a los jóvenes artistas de su generación, como Marina Heredia, Estrella Morente o Manuel Liñán. Con los años fue forjándose en el cante para el baile y en el cante palante, siendo sus principales referentes Terremoto de Jerez y, entre los actuales, El Torta.
Consiguió varios premios en el concurso de jóvenes talentos que se organizó en el Albaicín en 1996 y 1997, y casi diez años más tarde fue uno de los cantaores que más brillaron en el Festival de Las Minas de La Unión, donde con su potente eco cautivó al jurado en los cantes por seguiriyas y bulerías por soleá, grupos de cante que ganó por unanimidad.
El Charico´ visitó paises como Inglaterra o Marruecos, si bien podría haber visitado muchos más, pues managers y compañías se lo rifaban, topando siempre con su carácter ácrata e irregular, que lo llevaba a pasarse a veces temporadas retirado del cante.
El Charico´ poseía, probablemente, una de las mejores voces que tenía el panorama flamenco a nivel nacional. Su eco, el brillo de su voz, su capacidad rítmica y musical eran inconmensurables, y si a ello además se le unen su bohemia y su anarquía, hacían mucho más mágico el momento en que los duendes se le arremolinaban y hacían crujir los sentidos cantando por fandangos, por soleá, por seguiriyas, por bulerías. Enrique Morente mostró su pesar por el fallecimiento nada más conocer la noticia: "Con la pérdida de El Charico se va posiblemente una gran parte del futuro del cante en Granada", afirmó, para continuar diciendo que "las facultades de Víctor no eran normales, eran extraordinariamente asombrosas, tenía todo, flamencura en la voz, pellizco, y lo más doloroso es que era una persona joven, muy joven, a la que le ha tocado sufrir y el destino se ha desencadenado en un drama". Curro Albayzín, uno de sus primeros mentores manifestó igualmente que se ha ido "una de las voces más importantes que ha dado Granada en toda su historia".