La pianista y compositora bielorrusa logra en su disco ‘Rojo y negro’ una simbiosis entre sonidos clásicos y flamencos.
Revista La Flamenca. A. Parra 23/6/2020
Desde el frío norteño, desde las tierras bielarrusas, ha venido al calor del flamenco para quedarse, lo mismo que hace muchos años, siendo casi una niña, vino al calor del sur de España, a Murcia concretamente, para quedarse aquí y echar raíces en nuestras tierras. Llegó acompañando a su padre, también músico profesional, a un festival folclórico, y se enamoró de nuestra cultura, de nuestra música, aunque también hubo una historia de amor en el origen de todo.
Su último disco, “Rojo y negro” (alusión a los colores del flamenco, pese a la coincidencia con el título de la novela de Stendhal) así lo atestigua.
Pero su formación fue clásica. Sus padres, profesores universitarios en su Minsk natal, capital de Bielorrusia, así como músicos profesionales, imprimieron en ella el amor por la música. Su delicada sensibilidad y su temprano virtuosismo (a los cinco años ya componía e improvisaba temas en el piano, una capacidad, la improvisación, que luego le ha facilitado su acercamiento al flamenco) pusieron el resto, haciendo de ella una pianista excepcional y prestigiosa: profesora en conservatorios oficiales, compositora, intérprete magistral que ha recorrido su país y el nuestro ofreciendo sus concierto. Hace apenas unas semanas, dos estudios académicos importantísimos en su país sobre obras suyas, han sido premiados y reconocidos allí. Una prueba de que sus creaciones comienzan a dejar huella entre estudiantes y otros jóvenes músicos.
El suyo es sin duda un sonido novedoso y diferente en el flamenco, un aire renovado que mezcla con naturalidad lo clásico con lo popular, la música española clásica y el flamenco de raíz. Su perfección técnica y su capacidad improvisadora, su dulzura al tiempo que una jondura profunda, sin extravagancias ni aspavientos innecesarios nos trae un aire fresco a este mundo en ocasiones tan viciado en sonidos repetidos. A ella le gusta hablar, al referirse a su último disco, de “neoflamenco”, y técnicamente así puede ser calificado su “Rojo y negro”, el tercero de sus discos, los anteriores no flamencos pero sí influidos por otras músicas, más allá de lo puramente clásico.
“En la música me gusta innovar, experimentar e investigar nuevas formas y estéticas, por ello he trabajado diversos géneros, desde la música sinfónica al género pop, consecuencia de esto es que publiqué partituras y discos en distintos estilos”, comenta Yulia sobre su creación diversa y amplia, sin límites ni barreras.
Y en el flamenco, ¿qué busca, qué encuentra? Yulia Romantsova es muy clara y se encuentra muy segura al hablar de este género genuinamente español:
“El flamenco es un género extraordinario y excepcional, porque es la síntesis y la fusión de muchas influencias y estéticas musicales. Me resulta algo fascinante. Para mí es una fuente de inspiración, desde su baile a su toque de guitarra o su cante.
Ha pertenecido tanto a la Asociación de Compositores de Bielorrusia como a distintas asociaciones de investigadores y compositores de España. El suyo ha sido un largo y profundo viaje tanto geográfico como musical y emocional, desde que comenzara junto a sus padres, músicos profesionales, siendo una niña. Su padre fue el prestigioso Víctor Romantsov. “De mis padres aprendí a no tirar nunca la toalla y a tener optimismo y perseverancia”, comenta con orgullo y admiración hacia ellos.
Y sobre su dualidad ruso-española, dice:
“Como persona me he forjado a fuego lento en España, porque aquí ha transcurrido mi vida adulta. Profesionalmente me formé en mi país con grandes profesores y compositores.”
Habla de su vida adulta, pero en realidad es todavía muy joven, con mucho que decir en la vida, en la música en general y en el flamenco en particular.
Anexo: Disco
“Rojo y Negro” es el tercer trabajo discográfico de la compositora y pianista bielorrusa Yulia Romantsova. Lo ha llamado así porque para ella son los colores que representan al flamenco. Este trabajo es un intento de fomentar la cultura musical española, tanto aquí como en su país y en otros países de su entorno. Y al mismo tiempo contribuir al desarrollo de la música flamenca para piano.
Desde la tradición de la música pianística clásica -explica Yulia= “y la autenticidad del flamenco”, surge la música de este álbum. El resultado es una simbiosis, una música muy personal entre piano clásico y flamenco. Es una obra compuesta para piano y cajón flamenco.
Pueden escuchar algunos temas de este disco en el siguiente enlace
Y en YouTube pueden encontrar otros temas musicales de la intérprete y compositora bielorrusa.