El librero más flamenco de todos los tiempos
Web revista La Flamenca 25//10/2012
Blas Vega fallecía ayer en Madrid a la edad de 70 años y sus cenizas descansarán en el patio que lleva su nombre en Morales del Vino, provincia de Zamora.
José Blas Vega tenía una librería en la calle del Prado, en Madrid, pero lo que más le apasionaba a este hombre era el flamenco. Investigador incansable y entendido de este arte, publicó mas de veinte libros acerca de esta pasión. Comenzó en los años sesenta y poco a poco se convirtió en la referencia como maestro de la mayoría, por no decir de todos los que nos gusta el flamenco.
Títulos como "Las tonás", "Pepe el de la Matrona", "Conversaciones flamencas con Aurelio de Cádiz", "Los cafés cantantes", "Silverio, rey de los cantaores" o "La tesis flamenca de Sender" forman parte de su legado. Pero sin duda, su principal obra fué "La Magna Antología del Cante Flamenco", donde se recogen más de 250 estilos diferentes en 10 Cds, además libro y una sabiduría irrepetible. Se ganó así el Premio Nacional del Ministerio de Cultura en el año 1984. Es una genialidad que todos los flamencos deberían de tener en casa, la herencia que José Blas Vega nos ha dejado es más que rica y está más allá de cualquier etiqueta que hoy le queramos poner.
Hay que destacar que este sabio también fue jurado en certámenes nacionales, conferenciante, escritor, y responsable de la discográfica Hipavox en música popular durante más de quince años. Para la revista La Flamenca colaboró en el año 2007, escribiendo en la sección de la firma un artículo sobre la escuela cantaora gaditana y sus principales pilares, con Enrique "El Mellizo" a la cabeza. Queda claro que todo el mundo quería beber de esta fuente y tenerla cerca.
Era un hombre incansable en este mundo, lo amaba y lo respetaba enormemente, sino no se puede entender su gran trabajo. Difundió, promovió, estudió y sobre todo enriqueció el flamenco con su labor constante en busca de la verdadera historia de nuestro flamenco. Claramente lo dignificó, sacó este arte de lo oscuro y las leyendas de los cafés cantantes y los callejones turbios para ponerlo en el lugar cultural que merecía.
Curioso, reflexivo, teórico, trabajaba sin descanso entre unas tareas y otras, y apelaba incansablemente que Don Antonio Chacón fue el autentico revolucionario flamenco. Otras de las cosas que defendía este ilustrado fue el papel de la mujer en este arte sobre todo desde la disciplina del baile. La danza siempre es más bella de primeras para entrar en una sociedad y darse a conocer. José Blas Vega era también muy sensible, y se fijaba en las letras, en lo que transmitía un cantaor, en la estética, en la indumentaria, y en todo lo que rodeaba a un cante grande y bueno, es ahí donde esta la esencia de todo; y él lo sabía, como también era consciente de tantas y tantas cosas.
Fue respetado y se lleva a grandes amigos, ya en vida ha sido una de las más importantes referencias y resulta extraño no ligar su nombre cuando se habla de un flamenco de categoría, elegante, un arte digno, que sale de las entrañas y que nunca se va. Hoy el que se ha ido es un flamencólogo de soberbia elegancia, y en el cielo, sin duda, será el oyente más exigente, más cabal y más estudiado. Descanse en paz.