Se va un gran cantaor, heredero de la tradición lebrijana y como muchos dicen, “un eslabón en la cadena de transmisión del cante gitanor.
Revista la Flamenca. R. De la Villa. 22/5/2023
Este sábado 20 de mayo, fallecía en Lebrija Francisco Carrasco Carrasco, conocido artísticamente como Curro Malena. Apenas le quedaban poco menos de dos meses para cumplir los 78 años, el cantaor ha partido para seguir regalando momentos únicos de arte y compás en el cielo.
Aquí en la tierra, Lebrija se queda huérfana, enmudece y llora la pérdida de Curro, su Hijo Predilecto, Medalla de Oro de la Provincia de Sevilla desde hacía menos de una semana, y con la petición cursada, por parte del Ayuntamiento lebrijano, solicitando las Medallas de Oro al Mérito de las Bellas Artes y al Mérito en el Trabajo, al Gobierno de la Nación.
Curro Malena nación en Lebrija en julio de 1945. El cante, el arte y el compás lo llevaba en el ADN pues es hijo de Antonio Carrasco Amaya “El de la Malena” y Magdalena Amaya Cortés “La Malena”… y nieto de Josefa Peña Flores “La Rumbilla”… de ahí que en el mundo del flamenco se diga que es, ha sido y será “un eslabón en la cadena de transmisión del cante gitano”.
Su infancia y juventud la desarrolló en un ambiente festero en el que el cante flamenco formó parte de su vida cotidiana y de los festejos del pueblo gitano, pues tuvo la suerte de nacer en una tierra, y en esos años 40, donde el cante gitano estaba en todo su esplendor.
Con apenas 23 años se presentó al concurso de Mairena del Alcor, donde consiguió ganar dos primeros premios. Una efeméride relevante que le abrió la puerta a grabar junto al gran maestro de la guitarra Niño Ricardo.
En 1971 en el Concurso Nacional de Córdoba, ganó el primer premio por soleares, señalando esta fecha como el momento donde pasó a ser una gran figura de los festivales. Fue una gran seguidor de la escuela de los Mairenas, de hecho lo apadrinó el mismo Antonio Mairena a quien conoció en el tablao de La Cuadra de Sevilla.
Cuenta con una fructífera producción, discografía que nos deja como herencia con títulos como “El Cante de Curro Malena y la guitarra de Parrilla de Jerez” (1971), “Sevilla y Cai” (1974) con Manolo Sanlúcar, cuatro discos con Parrilla de Jerez, “Golpe a golpe” con Pedro Bacán (1981), “Antorcha de Oro del Cante”, “Calor de fragua” (1992), “La Oliva. Aires de Lebrija” (1998)…. Y un largo etcétera.
A ello se suma su participación en programas de televisión, su presencia en importantes escenarios, paseando su arte y compás durante 40 años, promocionando los cantes autóctonos de Lebrija, y por ende la cultura flamenca andaluza y gitana, infundiéndoles un estilo propio.
Por supuesto, no podemos pasar por alto los importantes galardones que disfrutó y recibió a lo largo de su vida como la Antorcha de Oro del Cante, en 1984; la XV Giraldilla Flamenca, en 2004; Hijo Predilecto de Lebrija, en la XLVI Caracolá Lebrijana de 2011; V Leyenda del Flamenco, otorgada en 2016 por la Venta Vargas de San Fernando… así hasta recibir, hace unos días, la Medalla de Oro de la Provincia de Sevilla concedida por la Diputación sevillana.
Desgraciadamente, en el 2006 una hemiplejia retiró a Curro Malena de los escenarios después de 40 años.
Ahora, que Lebrija y el mundo del arte jondo lloran su pérdida, puede reconfortarle y decir con orgullo que Curro Malena ha sido santo y seña del cante gitano, cantaor enciclopédico con un dominio inigualable de multitud de palos jondos y especialista de los cantes a compás.
Tal y como declaraba en una ocasión, "la sangre me mandó cantar", una voz que hoy ha enmudecido pero que seguirá resonando por los siglos de los siglos, tanto por sus grabaciones como por la herencia familiar que nos deja esparciendo esa semilla del cante flamenco y gitano en su hija Ana Carrasco y sus nietos, junto al otro gran pilar de la saga, el cantaor Manuel de Paula, primo hermano de Curro.
¡Qué siga resonando en el cielo el compás y el arte de Curro Malena, flamenco y gitano por la gracia de dios!.