
Utrera lo vio nacer y morir. Miguel Vargas Jiménez, conocido artísticamente como Bambino, nació en la localidad sevillana el 12 de febrero de 1940. Pudo heredar el arte de su madre "La Frasquita" que era cantaora y bailaora. Miguel Vargas fue bautizado como Bambino tras interpretar el famoso tema "Bambino piccolino" del italiano Renato Carosone en una de las primeras ediciones del Potaje Gitano de Utrera. Tras esto, Bambino abandonó la barbería familiar en la que ayudaba a su padre y comenzó su carrera artística.
Uno de los grandes culpables del éxito de Bambino fue el torero sevillano Gitanillo de Triana. Cuando lo vio actuar en 1961, se lo llevó a su tablao de la Real Venta de Antequera y posteriormente al tablao de su suegra Pastora Imperio en Madrid, El duende. La gran personalidad de Bambino le fue abriendo puertas en todas las salas de Madrid. El artista presentó un innovador estilo que rompía moldes transcribiendo boleros, coplas y rancheras a ritmos de bulerías y rumbas. Su original forma de interpretar llenaba grandes y pequeños escenarios con exageración, drama y desgarro. Sus actuaciones, tanto en España como en el extranjero, eran un derroche de lujo y opulencia adornadas con elegantes pinceladas de su baile de pellizco. El repertorio de Bambino contenía temas de grandes cantantes como Machín y Gardel y le hicieron coronarse como el "rey de la rumba". En 1997 y tras haber paseado su arte por los escenarios y crear un nuevo estilo, una afección de garganta provoca la retirada de Bambino. Se vuelve entonces a su ciudad natal y cuentan sus vecinos que llevaba una vida llena de humildad. "Vivía con la dignidad y el señorío de un rey destronado en el exilio. Lo que más le gustaba era levantarse tarde, sobre las diez o las once y, un rato después de tomarse el café, desayunarse unas rabanitas con tinto en el patio de su casa, él sólo y muy tranquilo consigo mismo y sus recuerdos", cuenta el periodista Antonio Torres.
Miguel Vargas falleció el cinco de mayo de 1999. Pocos días antes de su fallecimiento había asistido a un homenaje que le había ofrecido Utrera, en contra de lo que le habían aconsejado sus médicos. Bambino dejó grabados más de quinientos temas, creó estilo y abrió las puertas a rumberos posteriores como Las Grecas o Los Chichos. Finalmente el día cinco de septiembre de 2005, Utrera le volvió a rendir homenaje a uno de sus artistas más queridos erigiendo este monumento en la Plaza de Trianilla. Muchos de sus compañeros y amigos estuvieron allí presentes para elogiar la figura del artista. El monumento del granadino Javier Casares presenta a un Bambino un poco más alto de la altura real del cantaor, en una postura más que característica del utrerano. En este monumento Miguel Vargas, Bambino, parece seguir interpretando para sus paisanos una de sus rumbas canallas.
Texto y Foto: Yessica Brea