Muere Manuel Agujetas, el tronco del faraón, la capilla ardiente está instalada en el Ayuntamiento de Jerez desde las diez de la mañana. A las seis de la tarde tendrá lugar el funeral en la iglesia de San Francisco.
Web Revista La Flamenca. Luis M. Pérez. 26/12/2015
Otra vez doblaron las campanas de San Miguel, las de la Yedra, y hasta las de San Telmo, que están en medio de una esperada restauración. Respondieron en Rota desde el Carmen al Divino Salvador, desplegando un velo de luto por otro flamenco que se va, en este año 2015 que muchos quisiéramos borrar de la memoria. Los aficionados tenemos tendencia a la repetición, a la hipérbole más sentida en esta suerte de lances, nos estamos quedando solos, es verdad, no, te lo digo en serio, que sí, que es verdad. Manuel de los Santos Pastor falleció ayer, víctima de una larga enfermedad que lo mantenía apartado de los escenarios en los últimos tiempos, en el hospital, ese lugar maldito del que los flamencos reniegan siempre por seguiriyas.
Aquel que eligió para vivir la anarquía más salvaje y sin documentos; el que decía no tener ni idea de dónde y cuándo nació por carecer de partida de nacimiento, porque lo mismo nació en 1935 que en 1939; en Rota que en una pedanía de Jerez, o incluso en la misma calle Acebuche de La Plazuela, donde se criaron él y sus hermanos, o su propio padre, el patriarca Manuel de los Santos Gallardo, al que apodaban el Agujetas por dedicarse al noble oficio de guarda-agujas en el ferrocarril, y que murió solo como la una durante la Nochebuena de 1976; aquel, sin embargo, ha optado por una muerte tranquila y desapercibida, sin más rebeldía que aguantar hasta el día 25 para no morir en el mismo día que su padre, a quien le grabó un disco para la posteridad y no volvió a escuchar jamás.
Manuel Agujetas era quizás el último cantaor antiguo que nos quedaba. Pertenecía a una estirpe de herreros procedentes de El Puerto de Santa María, que es tronco de grandes dinastías tanto en dicha ciudad como en Jerez de la Frontera: los Rubichi, los Sopas, el Negro de El Puerto, los Chaquetas, los Chalaos, Gitanillo de Bronce y, por supuesto, los Agujetas. Personaje controvertido y polémico, tenía una mala fama ganada a pulso por sus declaraciones y malos gestos, aunque era respetado por todos los artistas, expertos y aficionados, y tenido por ser el máximo exponente de la tan denostada pureza en el cante gitano. Ha paseado el nombre de Jerez por todo el orbe, obteniendo todos los reconocimientos y dejando una amplia y valiosísima discografía, por lo que su nombre quedará grabado a fuego en la historia del flamenco. Deja grandes depositarios de su arte en sus hijos, Diego, Manuel, Ana, Dolores y Antonio Agujetas. A ellos, a su familia y a su viuda, la japonesa Kanako, la revista La Flamenca quiere transmitirles sus condolencias. D.E.P.