El fundador de la Bienal de Sevilla considera “El Mal Querer” el disco de flamenco más importante de lo que va de siglo y compara la revolución de la Sant Esteve Sesrovires con la de Pastora Pavón en 1910.
Revista La Flamenca. Barcelona. Xavier Grau. 29/1/2020 Fotos: Fernando Pérez
Retumban las paredes cuando el saber torrencial de Ortiz Nuevo se explaya en las aulas del Taller de Músics de Barcelona donde estudió Rosalía Vila Tobella, para él La Rosalía. Horas antes de charlar en El Dorado de Barcelona sobre el teatro y el flamenco, despliega su potente conocimiento a favor de la joven estrella. Desde la estima, confiesa, destroza toda reticencia hacia ella. Aunque venga de los más reconocidos artistas del género. Tritura con argumentos cualquier suspicacia. Que Rosalía haya elegido el flamenco para expresar su arte le es motivo de devoción y de agradecimiento. En cada razonamiento, como en el último Juro Que de la catalana, quien coordinó la Memoria para la Declaración del Flamenco como Patrimonio Oral de la Humanidad y dirigió la primera Bienal de Sevilla parece jalear:
“Ah, Rosa-lía, ah
¡Vam’o, ámono allá!
¿Cuántos amigos ha perdido ya por defender la flamencura de Rosalía?
De momento uno, muy entendido y valorado que por tomarse a la tremenda este debate hemos perdido complicidades.
¿Por qué Rosalía ‘más flamenca no pué sé?
Porque ha construido un mundo musical contemporáneo desde las raíces del flamenco más antiguo partiendo de dos manifestaciones básicas.
¿Cuáles?
El tango y la bulería.
¿Y qué ha hecho con ellas?
Ha abierto nuevos caminos, con nuevas técnicas y otros recursos dancísticos como hizo el flamenco cuando empezó a ser arte, es lo que debe hacer siempre.
¿Apropiación indebida?
Para nada. Lo suyo es compromiso con lo que fue el flamenco de raíz; que fue encuentro, alianza y mezcla con otras realidades estéticas.
¿Con qué dimensión?
A partir de una estructura musical, estética y poética que busca el compromiso del flamenco con otras realidades para entenderse y generar belleza.
Al sentarse, incluso
Ella se sienta como una cantaora abierta, con verdad, de manera maravillosamente receptiva a la llegada del arte que le va a venir del público y de su conocimiento.
¿Qué encona tanto el debate sobre si Rosalía es flamenca o no lo es?
La envidia.
¿Y cómo es eso?
Por su triunfo tan rápido y rutilante, por su reconocimiento mundial.
¡Qué me dice!
Y porque ha ganado también mucho dinero, y eso, aunque no se diga, se lleva mal por parte de algunos.
¿Qué envidia pueden tenerle aficionados o prensa?
Porque ella no tiene raíces andaluzas, estalla de golpe y descubre un mundo nuevo.
José Mercé cree que es muy guapa, que canta muy bien pero que lo suyo no es para nada flamenco.
¡Cómo puede tener la cara de decir eso! ¡Cómo lo pueden cuestionar! ¡Con la gran y hermosa versión que hizo él de “Al Alba” de Aute!
Una obra de maestro.
Ahora está sólo haciendo arreglos, baladas y cuplés por bulerías, que son canciones, y con eso es con lo que se ha ganado al gran público.
Miguel Poveda piensa que el tiempo dirá si el fenómeno es sólo una moda.
¡Lo mismo! Como gran cantaor que es, en vez de preguntarse qué podía aportar él al flamenco contemporáneo, lo que ha hecho a sus treinta años de carrera es un disco de versiones de canciones, llamadas coplas españolas o andaluzas.
Él es otro grande.
Poveda no puede decir nada porque él está haciendo lo mismo y peor, a lo antiguo y no a lo moderno.
Farruquito opina que Rosalía sólo aflamenca los temas
Él es un bailaor escénico, tiene la grandeza de su abuelo, con talento, furia y majestad. Es un hecho teatral, ahí no hay pureza ni pamplinas; teatro acompañado de genio y mucho trabajo, eso sí.
¿Por qué arremete usted así?
¡Cómo se atreven! A todos los estimo, los admiro y los valoro pero que no vengan con cuentos.
¡Pues menos mal!
Hay que recordar a mi maestro Pepe el de la Matrona cuando decía que si alguien ha conseguido algo es que algo tendrá.
...
y que todo el que se sube tiene algo.
Le noto muy irritado.
Además, como siguió ejemplarmente Enrique Morente, gran ‘amatronao’, está muy feo que un artista opine mal de otro artista.
Usted carga también contra Estrella Morente.
Cómo es posible que desde que murió su padre no haya hecho ninguna aportación seria al flamenco contemporáneo con el conocimiento profundo, la garganta prodigiosa y la belleza que ella tiene. ¡Que lo tiene todo!
...
¡Cómo es posible que siendo hija de quien es esté muda y haciendo galas como si fuera Rocío Jurado!
¿Pero cómo se pone usted así con ella?
Aunque suene a reprimenda, me da mucho coraje que una artista de la envergadura de Estrella Morente vaya camino de convertirse en su madurez en un revival de la copla española del siglo XX cuando ella tendría que estar abriendo puertas en el siglo XXI.
Incluye usted a Arcángel en esta crítica contundente.
Porque fue uno de los artistas jóvenes más queridos por Morente y ha hecho cosas importantes, detalles saludables, con las Voces Búlgaras y la Accademia del Piacere, siguiendo el camino del maestro.
Insisto, le escucho a usted muy duro.
El flamenco que representan ellos está ausente, caduco y sólo mira al pasado.
¿No será que a usted le va esto de ir a la contra?
De joven, yo también creí en flamencos verdaderos y falsos.
¿Y si todo fuera una gran operación de marketing discográfico?
Eso es otra maldad.
Los productores españoles de los premios Odeón 2020 sólo le han premiado un video.
Si El Mal Querer no se contempla como el mejor disco flamenco, no sólo de este año, sino de lo que va de siglo, que vengan y digan quien ha votado y porqué.
... si soy flamenco, ¿por qué no veo a Rosalía flamenca?
Por los prejuicios; por creer que sólo puede cantar por soleá, por tarantas, por seguiriyas o por fandangos.
... y si no soy flamenco, por qué sí la veo flamenca...
Las personas del mundo mundial que le mandan felicitaciones ni saben lo que es una soleá, ni conocen a Silverio ni a Tomás El Nitri ni a nadie.
...
A lo mejor ni saben dónde está ni Catalunya ni España pero les ha llegado esa maravilla de música.
Deme ejemplos de El Mal Querer.
Ahí hay mucho compás, muchas palmas, mucho ritmo y lo que es más auténtico del flamenco: mucha fusión, mucho ensamblaje y mucho talento.
“... Malamente- (eso es)- (así sí)-Malamente –(tra, tra)-Mal--muy mal, muy mal-muy mal-muy mal...”
La supremacía absoluta de las palmas en Malamente y en Di mi nombre son dos expresiones rítmicas maravillosas de un tiempo antiguo que es el de la bulería por soleá, un cante canónico.
“...Ali-ali,-ali... Di-mi-nombre-cuando-no-haya-nadie-cerca...”
A partir de esa solemnidad, ella se mete en esos dos mundos semejantes pero a la vez diferentes por ritmo por el que van.
¿Cómo ve en estos temas la revolución de Pastora Pavón?
Pastora lo revolucionó todo al grabar por primera vez una bulería.
También en 1910 la lanzaron con una inusual campaña publicitaria.
Con anuncios en los principales periódicos del país a media página junto a un grande de la ópera como Caruso. ¡Imagínese!
¿Y la huella de Marchena, de La Paquera, de Macandé?
Se demuestra que Rosalía ha estudiado mucho, que es una excelente aficionada, como Morente y como Camarón, personas que nunca dejan de aprender.
Para dar el pego, opinan muchos.
Rosalía lo utiliza de la manera más noble para hacerlo contemporáneo, transmisible, entendible, saludable, contagiable...
...
Además plantea asuntos que corresponden a un momento contemporáneo.
¿Como el de la violencia contra la mujer?
Pero visto desde el siglo XXI y amparándose en un libro de un tiempo muy antiguo, con mucho talento y mucho desafío.
“...Pienso-en-tu-mirá, tu-mirá, clavá, es-una-bala-en-el-pecho...”
Hay que escarbar en el cancionero para sacar lo bueno y lo bello y eso lo hace ella.
¿Qué pasó en los Goya de Sevilla con Me quedo contigo?
Convertir un motivo de fiesta, de Los Chunguitos, en un canto de esa tristeza, de esa belleza, de esa soledad...
...
Eso es lo que hicieron cantaores y cantaoras de Andalucía cuando inventaron los cantes sin guitarra.
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Tiene la hondura, la profundidad, la belleza y el rajo para ser una toná flamenca al uso.
Afirma usted que Naranjito de Triana le haría palmas a Rosalía en su versión de La Hija de Juan Simón
Hay que echarle ovarios para hacerlo de la manera que ella lo ha hecho.
¿Por qué?
Por traer hoy un tema tan antiguo, tan romántico, tan penoso y que ella con su ingenuidad, su transparencia y su verdad lo consigue.
¿Qué papel jugó Refree en Los Ángeles?
Un papel ejemplar con apuntes de guitarra a lo antiguo muy propios para acompañar esos primeros cantes.
¿Qué es lo mejor de Rosalía hasta hoy?
Lo que ha hecho tiene el sello de la calidad y de la historia, por eso no se van a olvidar los temas de El Mal Querer, porque serán cantes.
¿Cuál es el mayor riesgo ahora para su carrera?
Lo primero, que se lo crea; tiene que huir de pelotas.
¿Y lo segundo?
Conservar la autenticidad y la capacidad artística que tiene para dejarse llevar por el arte y no por la pela.