La artista ha fallecido este martes 4 de mayo tras no superar la enfermedad que llevaba padeciendo desde hace varios años.
Revista La Flamenca. R. De la Villa 5/5/2021
Sevilla, Triana... el flamenco... llora la pérdida de una artista pura, la de la esencia gitana en el baile y el arte en los genes, Carmen Montañés Montoya, “Carmelilla Montoya”.
Llevábamos unos años con el alma en vilo, pues Carmelilla batallaba contra el cáncer, enfermedad que finalmente no ha podido vencer, dejando huérfano al baile gitano de Triana en la tarde del pasado martes 4 de mayo.
Triana, ese rincón del arrabal sevillano fue su lugar de nacimiento en el año 1963. Además sus genes tienen esencia y arte a raudales pues fue hija del matrimonio formado por el bailaor Manuel Montañés, “El Morito”, y la cantora Carmen Montoya, sobrina de Juan Montoya, y Antonia la Negra, y prima de Lole Montoya... casí ná... de la saga de los Montoya de Triana no es cualquier cosa.
Desde muy pronto despuntó para el baile. Su primera aparición pública fue de niña, en 1973 en “Rito y geografía del cante” serie de TVE. De igual modo, rozando apenas la juventud formó parte del grupo Familia Montoya, con quien recorrió todo el mundo.
En 1983 se unió al espectáculo “Triana Pura y pura”, y en 1985, arrancó su andadura en solitario compartiendo escenario con grandes del arte jondo como
Camarón, Paco de Lucía, Antonio Canales, Rosario la Farruca... ha participado en la Bienal de Flamenco de Sevilla, en diferente series televisivas, espectáculos, discos...
Hace casi una década el cáncer apareció en su vida y la retiró de los escenarios haciendo alguna que otra intervención pero de forma excepcional como la que hizo en el homenaje que sus amigos y vecinos del Tardón, Los Morancos, le hicieron en Fibes en 2013.
Además, Carmelilla pudo dejar la esencia de su baile en la Fundación Cristina Heeren, donde formaba a alumnos con su arte y compás tan característicos.
Es evidente que los flamencos hoy lloremos su pérdida, pero siempre la recordaremos como esa luchadora que se enfrentó al cáncer sin descanso, y como la esencia del baile gitano de Triana.