Revista La Flamenca Noviembre- diciembre 2004
Los pasados 25 y 26 de noviembre se celebró en Sevilla el congreso "Niña de los Peines", punto y final al proceso que se inició en 1997, cuando la Junta declaró Bien de Interés Cultural los registros sonoros de Pastora María Pavón Cruz. Tras inaugurar Rosa Torres, Alberto Bandrés y Juan Manuel Suárez Japón (director del congreso), se dio paso a Antonio Reina, que hizo un bosquejo de la vida de la cantaora. Después de la presentación del Museo Virtual, le tocó el turno a Cristina Cruces, que departió sobre la investigación ante las grabaciones de Pastora.
La ausencia de Emilio Casares fue suplida por Manuel Naranjo, que junto a Reynaldo Fernández Manzano y Romualdo Molina valoraron la importancia de los registros de pizarra como Patrimonio Histórico de Andalucía, con lo que se llegó a la hora del almuerzo. En la sobremesa, la crítica especializada, con Alfonso Eduardo, Álvarez Caballero, Castaño Hervás, Luis Soler y Alberto García Reyes, moderados por Manuel Martín Martín, nos mantuvieron atentos con sus anécdotas e investigaciones. Destacar el caso del equipo formado por Luis Soler y Martín Martín, que aportaron unas alegrías que no aparecen en la caja.
Llegada la noche se celebró un espectáculo en el que participaron Luisa Oretega, su hija Salomé con la guitarra de Alfredo Lagos, y Pedro Ricardo Miño, que ocupaba el sitio de Arturo Pavón, sobrino de Pastora fallecido el pasado mes de junio.
El segundo día abrió el musicólogo Faustino Núñez, que explicó el compás flamenco, demostrando sus habilidades como profesor de música. La primera mesa, moderada por Juan José Téllez, contó con la presencia de Félix Grande, Rocío Plaza y Calixto Sánchez, quien versó primero sobre los gustos personales, de una manera muy didáctica y original, sirviéndole de hilo para entrar a analizar los distintos tipos de voces, fruto de su aprendizaje sobre fonación junto al tristemente desaparecido Dr. Muñoz Cariñanos. Nos aclaró que la de Pastora era una voz natural, ideal por sus posibilidades, con la que se vocaliza mejor y se es más rápido.
La segunda mesa fue más aburrida, a excepción de su moderador -el nunca bien ponderado José María Velásquez Gaztelu-, que abrió la sesión con una anécdota de juventud sobre sus intentos de entrevistar a Pastora. Los hermanos Hurtado leyeron un resumen de su trabajo para el CD-i de la caja y Norberto Torres habló, el poco tiempo restante, sobre la metodología a seguir para estudiar a los guitarristas de la "era" Pastora.
El congreso se cerró con una mesa dedicada a la industria, dirigida por Manuel Curao, quien lamentó que las discográficas traten tan mal al flamenco. Además, Juan Castañeda aportó alguna novedad sobre las fechas exactas de las tomas de grabación. Más tiempo mereció Antonio Hita, que dejó entrever la posibilidad de tener que digitalizar de nuevo algunas grabaciones, no sólo de Pastora, por el fallo de los restauradores al seleccionar la velocidad de las pizarras y las agujas usadas. La ausencia de José Manuel Gamboa, se suplió con la presencia de Ricardo Pachón, que volvió a hablarnos de la palabra que más le gusta: polirritmo.
El acto de clausura corrió a cargo de Juan Manuel Suárez Japón, que mostró su pesar por la no consecución del titulo de patrimonio oral por la UNESCO, emplazándonos hasta la noche, donde en el Teatro Central se celebró un espectáculo homenaje a la Niña de los Peines, con la presencia de La Macanita, Tina Pavón y Esperanza Fernández.